Darío Pérez
@Ringsider2020

Después de defender sus títulos WBC y WBO del peso superligero hace unos días ante Viktor Postol, el norteamericano José Carlos Ramírez (25-0, 17 KO) permanece atento al poseedor de los cinturones IBF y WBA, Josh Taylor (16-0, 12 KO). Taylor tiene una cita con Apinun Khongsong (16-0, 13 KO) el 26 de este mes de septiembre, en un combate asequible donde se le prevé ganador.

Sin embargo, hay alguien que no quiere un atractivo y unificador Ramírez-Taylor, y ese es Frank Warren. El jefe de Queensberry Promotions tiene entre sus huestes al inglés Jack Catterall (25-0, 13 KO), retador oficial de la Organización Mundial de Boxeo desde hace un año, y quiere defender el lugar de su representado. La WBO, cumpliendo con lo que se presupone, ha dado a Ramírez 120 días para defender su corona frente a Catterall. Tras ello, Warren ha declarado a la prensa británica que «Jack Catterall ha tenido paciencia, y ahora es su turno para una oportunidad mundialista. Es el aspirante oficial WBO de Ramírez, y trabajaremos para que su trabajo duro se vea reflejado en una pelea por el título».

El tiempo, siempre que Taylor venza en su compromiso de este mes, ha empezado a correr. La unificación de los cuatro cinturones podría llegar en diciembre, cumpliendo los plazos de la WBO, o no darse nunca, si tanto Catterall como este organismo se muestran inflexibles y se saca al fajín WBO del anticipado Ramírez-Taylor.