
Óscar De La Hoya ha cargado contra los protagonistas de la actualidad pugilística en los últimos días, en especial contra Eddy Reynoso, entrenador de figuras como Canelo Álvarez. Según De La Hoya, varios medios de comunicación han sido “comprados” y “silenciados” para no cuestionar lo que él considera un patrón alarmante: seis boxeadores del equipo de Reynoso han dado positivo en pruebas de dopaje, el último de ellos Jaime Munguía hace apenas dos semanas.
“¿Dónde están los medios?”, exclamó el excampeón mundial, visiblemente indignado. “Seis peleadores dando positivo y nadie pregunta por qué. ¿No es esto sospechoso? ¿De verdad vamos a aceptar la excusa de la ‘carne contaminada’? ¡Por Dios! ¿No merece esto una investigación seria al campamento de Eddy?«, dijo el californiano, quien mantiene una rivalidad con Álvarez desde que el mexicano abandonase su promotora..
De La Hoya no solo puso el foco en Reynoso, sino que también arremetió contra la pelea entre Saúl Álvarez y Terence Crawford, así como contra su promotor, Dana White, a quien calificó como el “niño de fondo fiduciario del boxeo”. Según el «Golden Boy», el combate es una “farsa” debido a la diferencia de peso y tamaño entre ambos púgiles. “Crawford subiendo dos categorías para enfrentarse a Canelo, que es un peso semipesado natural. ¡Crawford apenas pudo con Madrimov! ¿Qué creen que le hará Canelo, sacarlo del ring corriendo?”, afirmó. Sobre White, De La Hoya fue contundente: “Nunca ha estado en el boxeo, no tiene peleadores y le han regalado esta pelea en bandeja de plata. Es un promotor de nombre, nada más”.
Las acusaciones de De La Hoya van más allá, en un sector que él conoce, pues fue propietario de la revista The Ring, que posteriormente vendió a Turki Alalshikh. El ahora promotor asegura tener pruebas de que ciertos medios han sido sobornados para guardar silencio sobre los casos de dopaje en el campamento de Reynoso, contrastando con la feroz crítica que, según él, tuvo que soportar Ryan García. “A Ryan lo crucificaron día tras día durante un año, pero ahora todos callan. ¿Por qué?”, cuestionó.