Daniel Pi
@BastionBoxeo

Tras doce trepidantes meses de pugilismo y combates memorables, la temporada 2017 llega este domingo a su fin con la disputa de la última velada y de los tres postreros campeonatos mundiales que, como no podría ser de otro modo estando ya tan cercano el 2018, tendrán lugar en uno de los tradicionales eventos de fin de año que tanta atención acumulan en Japón. A diferencia del cartel del sábado, en el que los favoritos resultan evidentes, la velada que se desarrollará el domingo en el Ota City General Gymnasium de Tokio (Japón) contará con tres abiertos e interesantísimos combates en los que los monarcas tendrán que superar una gran carga de riesgo y verdaderas pruebas de fuego.

El número 1 del peso minimosca
El enfrentamiento estelar de este evento será la unificación de coronas WBA e IBF del peso minimosca en la que combatirán el local Ryoichi Taguchi (26-2-2, 12 KO) y el filipino Milan Melindo (37-2, 13 KO), cruce de monarcas que situará al vencedor sobre el papel como el mejor boxeador de la categoría. Además de este aliciente, ambos son dos estupendos boxeadores con estilos diferentes que deberían ofrecer una pugna verdaderamente entretenida.

Lastrado por la irregularidad, causada en gran parte por los esfuerzos para seguir después de una década en la categoría del peso minimosca, Taguchi verá su condición de favorito puesta en duda por un experimentado y durísimo Melindo, que la última vez que puso los pies en suelo nipón logró la mayor victoria de su carrera batiendo en un asalto a Akira Yaegashi, enterrando un periodo de dificultades y dudas. Es cierto que Taguchi desde su tropiezo ante Inoue siempre ha encontrado la manera de evitar la derrota, ya sea aprovechando su técnica, su gran ventaja en altura (10 cm sobre Melindo) o usando sus buenos directos en combinación, pero si vuelve a padecer un terrible bajón de rendimiento puede dar por seguro que la agresividad y resistencia de Melindo, que se encuentra en un punto culminante en su boxeo, le pasarán una elevada factura.

En su paso por la báscula ambos boxeadores se mantuvieron por debajo del límite del peso minimosca (49 kg), dando Taguchi 48,900 kg y Melindo 48,800 kg.

Consolidación o reconquista
El respaldo será también una pelea muy significativa para el público local, dado que dos púgiles japoneses pugnarán en un campeonato mundial WBO del peso mosca. Estos serán el titular Sho Kimura (15-1-2, 8 KO), que tras un recorrido muy poco brillante logró contra pronóstico una victoria sobre el doble oro olímpico Shiming Zou, y el exmonarca Toshiyuki Igarashi (23-2-3, 12 KO), motivado por la posibilidad de volver a ostentar una corona en la división más de cuatro años y medio después de perder su cinto WBC del peso mosca ante Yaegashi.

A pesar del renombre que posee Igarashi en su país, Kimura pasa por un momento claramente superior y su principal virtud, su consistencia combativa, parece ser el elemento necesario para superar a su rival, que suele ofrecer un boxeo muy pausado y basado en la búsqueda de aislados izquierdazos. Así, si Kimura mantiene una sostenida presión y un ritmo elevado podría superar con sus series de ganchos a un púgil que no gestiona demasiado bien los combates intensos y sin espacios. Con todo, la pelea está muy lejos de estar decantada, puesto que el zurdo Igarashi supone un riesgo constante con sus velocísimos, potentes e inesperados directos. Mucho cuidado tendrán que tener con los cortes, porque a la guardia y al estilo opuesto que ambos boxeadores presentan se suma el hecho de que en seis ocasiones Igarashi ha visto terminar un combate por decisión técnica.

Tanto Kimura como Igarashi pararon la romana en un idéntico 50,800 kg, límite exacto de la división del peso mosca.

Una cantera inagotable
Con la retirada de Uchiyama y Miura, y con Yamanaka muy cercano a ella, una buena parte de los principales referentes japoneses se desvanecen, pero no así la capacidad de dicha nación para generar fenomenales boxeadores. Uno de los considerados como posibles relevos es el campeón IBF del peso mínimo, de sólo 24 años, Hiroto Kyoguchi (8-0, 6 KO), boxeador que se coronó en su octava pelea y que en la novena se medirá a su retador obligatorio y a uno de los aspirantes más difíciles de la categoría como el nicaragüense Carlos Buitrago (30-2-1, 17 KO), que ha realizado sparring con “Chocolatito” y que por dos veces estuvo a punto de coronarse campeón.

En su último choque, a pesar de obtener su mayor victoria, la actuación de Kyoguchi no fue la mejor posible, viéndose el encuentro embarrado por Argumedo, así que ante Buitrago, con un boxeo más convencional aunque incluso más peligroso, tendrá la posibilidad de mostrar sus explosivas pero ordenadas arremetidas y evidenciar lo capaz que es de ofrecer enfrentamientos espectaculares. Sin embargo, no sería ni mínimamente reprochable
que refrenase su ímpetu ante un Buitrago experimentadísimo, muy sólido y con una destreza al contragolpe verdaderamente destacable.

El pesaje para este encuentro también se saldó satisfactoriamente, marcando Kyoguchi el límite de la categoría del peso mínimo, 47,600 kg, y Buitrago 47,200 kg.