Darío Pérez
@Ringsider2020

La carrera de José Ramos Savín (Madrid, 1987) es atípica. Tras un solo combate como profesional en 2014, no es hasta 2018, con casi 31 años, cuando vuelve a la acción con seis nuevas peleas y continuidad. Su récord de 6-0-1 (2 KO) le ha valido ser coaspirante al título español superpluma.

-Hola, José. Enhorabuena por estar a un pasito de ser campeón de España. Lo primero, ¿Quién es José Ramos Savín, para quien oye hablar de él por primera vez, y cómo estás?
-Muchas gracias, un placer. Soy un boxeador de Colmenar Viejo (Madrid), y también tengo un gimnasio de boxeo aquí en la zona. Y estoy muy bien, entrenando más fuerte que nunca.

-Acaba de anunciarse la fecha de la pelea, el 5 de septiembre; seis semanas para el gran reto. Cuéntanos cómo estás preparando la misma, novedades en tu equipo, rutinas de trabajo, etc.
-Estoy haciendo sparring con zurdos para acostumbrarme, y todo va enfocado para una pelea larga, haciendo diez o doce rounds en lugar de ocho. Lo demás es parecido a lo que he hecho con otras peleas, con la salvedad de que tengo a Juampe Nonay, un psicólogo deportivo, conmigo ayudándome. Mi equipo de fisioterapia son Fisiores, como siempre.

-¿Cómo recibiste la noticia de ser coaspirante al Campeonato de España?
-Pues ha sido todo un poco extraño. Juanfe ha dicho que casi peleó en diciembre con Ibon Larrinaga, y yo te puedo decir que estuve a punto de haber peleado por este título con el propio Ibon, me lo ofrecieron en octubre. Sin embargo, con el trabajo del gimnasio no podía prepararme y lo pasamos a diciembre, pero no sé si Ibon buscaba otros proyectos o la promotora no pudo…y esa velada no se hizo. Entonces ya fuimos coaspirantes los actuales y fijamos todo para primeros de abril con Juanfe, pero ya pasó todo el tema del coronavirus y se fue al traste.

-¿Qué tal llevas hacer la pelea en casa de tu rival, como se ha anunciado?
-Pues te voy a decir algo muy curioso (ríe al hablar), tengo un montón de familia y amigos por la zona de Alicante y Torrevieja, es como mi segunda casa. En Colmenar, mi pueblo, hace unos 20 años se fue mucha gente a vivir hacia esa zona porque las viviendas en Madrid tenían un precio prohibitivo, y además en la costa había trabajo. Esto no lo sabe el entorno de mi rival, pero seguro que los promotores se llevan una alegría al leer que van a vender muchas entradas también por mí.

Hablamos también hace poco con él. ¿Qué sabes de tu rival y qué tipo de combate esperas? Un duelo entre dos invictos por el título nacional suena muy bien.
-Juanfe hará su combate, es un boxeador que se mueve mucho y pega desplazándose hacia atrás, no creo que se quiera quedar a pegarse conmigo en la corta distancia.

-El propio Juanfe nos mostraba su respeto hacia ti y tu última pelea. Tras dos combates en España con decisiones ajustadas, sales a Inglaterra a casa de un chaval de 26 años, imbatido en 16 peleas, zurdo… Vamos, un sitio donde lo tenías todo en contra. Pues bien, te vuelves a España con un KO a Ryan Wheeler. Enorme.
-Pues sí, yo quería pelear fuera y fui con muchas ganas. Estaba todo en contra como tú dices, y yo añadiría que el tío medía 1’80 metros. El combate era en su pueblo literalmente: dormíamos donde su patrocinador, nos daba de comer otro patrocinador… Estaba todo hecho para él. Como sabía que por puntos me iban a robar llegado el caso, salí en modo Tornado (como me llaman) y tenía la intuición de que iba a ganar por KO gracias al deseo que me movía.

Con Luciano Cuello (mánager) y Ricky Pow (esquina), tras ganar a Ryan Wheeler

-¿Crees que la recompensa de optar al campeonato nacional te llega por valiente, por ir a Inglaterra a un combate dificilísimo y sacarlo adelante?
-Llevo buscando este combate mucho tiempo. Los méritos no sé, he peleado en España contra chavales buenos, aunque igual su récord no sea muy positivo, pero…(duda) Creo que sí, que la última victoria en Inglaterra ha sumado mucho para estar donde estoy. Pero ya te digo que también valoro mis combates en España, todos ganados menos contra Chiky (Antonio Rodríguez), que peleé sin poder sacar la mano derecha porque la tenía fracturada tras un sparring. Salí al combate bastante mermado.

-Tu carrera es muy atípica. Pasas a profesionales sobre los 27 años, lo dejas y vuelves con casi 31, y desde 2018 ya peleas regularmente. ¿Nos lo puedes explicar o es algún motivo personal?
-Sí, claro que se puede contar y además es un tema que agradezco que me preguntes. Debuto en 2014 como profesional, la pelea era contra Emmanuel Hoyos y, quedando un mes, se cae la pelea. Llamamos como sustituto a José Acero, un tío que se pegaba con el que fuera. Acero nos manda un correo uno o dos días antes del pesaje porque tiene infección de oído, nos ponemos a buscar para salvar la velada y, casi el mismo día del pesaje, me viene un rival nuevo que había boxeado ya en Madrid, Alberto Milla (demasiado que vino de un día a otro, el chaval).
Yo gano el combate por KO al final del primer asalto, y esa pelea me la quitan hasta de BoxRec porque mi entrenador de antaño se llevaba mal con una persona de la federación. Hubo muchos problemas: para empezar, decían que Milla había venido a tirarse; luego decían que este chico no tenía licencia, cuando ya había peleado como profesional dos veces, y cuando mandamos un escrito a la Federación Española de Boxeo, dicen que el que no tiene licencia soy yo (incrédulo y enfadado). Viendo que me borran la pelea como si no hubiera existido, yo lucho unos meses para que vuelva a “existir”, pero veo que no hay vuelta atrás y mando todo a tomar por c., paso de estos mamoneos. Además, acababa de nacer mi hijo, tenía mi gimnasio, había estado preparando tres meses un combate para que ocurra eso… Yo ya no quería seguir en el boxeo.
A los dos años, me restablecen esa pelea y aparece de nuevo en los registros. Y pasó un tiempo hasta que conocí a Luciano Cuello, que venía por aquí a veces y traía a uno de sus hijos. Hablar con él fue la motivación para volver. Me decía: “Cuando estés listo, me avisas”. Al final, que alguien así te esté comiendo la oreja con volver a boxear, te va haciendo considerarlo en serio.

-En los últimos dos años, como decimos, compaginas tu carrera de boxeador profesional con el gimnasio. ¿Cómo haces para compaginarlo todo?
-Para ser sincero, estos últimos meses (de junio al combate) me he desvinculado un poco del gimnasio para centrarme en el Campeonato de España, tengo a gente dando las clases y apenas voy por allí. Me lo puedo permitir porque tengo patrocinadores como Ironworkers o Fenómeno Nutrition, sin ellos no podría hacerlo de ninguna manera.

-¿Sientes que es tu última oportunidad para llegar a ser un boxeador de élite?
-Pues sí, si gano a lo mejor podría intentar llegar al título de la Unión Europea que van a disputar John Carter e Ibon Larrinaga, y si no, seguir buscando algún combate atractivo. El año pasado estuve a punto de salir a Alemania, que me llamaron para ir contra otro invicto, y al final no se dio… Yo estoy dispuesto a pelear contra cualquiera.

-Seguro que alguna vez te has encontrado a gente que iba a hacer deportes de contacto con un poco de miedo, puesto que un pequeño sector de la sociedad (fomentado en ocasiones por medios de comunicación) sigue asociando este tipo de disciplinas a la violencia. ¿Cómo se puede cambiar esa percepción?
-Lo primero que intento es que vengan un día de prueba al gimnasio a que se den cuenta por sí mismos. Mi gimnasio son 600 metros y tengo dos cuadriláteros profesionales, pero solamente tengo ocho competidores de 150 personas, así que hay que dejar de asociar el hacer boxeo o deporte con meterte al ring a pelear. Y luego hay personas que, al contrario, vienen el primer día y ya se quieren subir ahí arriba, así que hay que pararles los pies.

-Vemos que, como la mayoría de boxeadores profesionales en España, no puedes vivir únicamente de ello y lo compaginas con el gimnasio. ¿Cambiaría algo alzarte con el campeonato de España en ese sentido?
-Para mi gimnasio, sí. A nivel de prestigio, ver un cinturón de campeón nacional en la puerta me daría un plus de cara al cliente. Pero a nivel de bolsas, siendo Campeón de España no podría vivir solo del boxeo, no te da para vivir cobrar ese dinero cada cuatro meses.

-¿Y cómo eres fuera del cuadrilátero, qué aficiones tienes aparte del boxeo?
-Soy familiar, bastante casero, pero a la vez me gusta ir a casas rurales y, sobre todo, dormir mucho y descansar.

-Finalmente, desde tu perspectiva como parte activa de él, ¿tienes alguna idea para mejorar el futuro del boxeo español?
-Sí. Que echasen las veladas por la tele, y, en algunos sitios como Madrid, el tema de los menores. Yo, como promotor, dejo de vender cientos de entradas porque los menores de edad no pueden asistir a una velada de boxeo. Si lo piensa la gente, no es que dejen de venir ellos, sino que tampoco lo hacen sus padres…y eso es un terrible problema a la hora de perder dinero para los que organizamos veladas.

-Ojalá cambie pronto alguna norma con poco sentido. Deseamos que el próximo 5 de septiembre podamos ver un gran combate en Santa Pola, con mucha gente en directo y, si puede ser, alguna televisión. Suerte para el futuro.
-Intentaremos que todo salga bien. Nos vemos pronto.