Daniel Pi
@BastionBoxeo

Si ya tenía una actitud chulesca, reprochada por infinidad de críticos y aficionados, sin haberse medido a ningún boxeador con gran renombre, lo que le faltaba a Chris Eubank Jr. (25-1, 19 KO) para aumentar aún más su desmedido exceso de confianza era batir a un excampeón mundial de destacada trayectoria como Arthur Abraham (46-6, 30 KO) que, como se esperaba teniendo en cuenta el gran deterioro en rendimiento que ha experimentado, no fue rival para el mucho más joven y veloz británico, que se impuso por decisión unánime y tarjetas de 120-108 y doble 118-110.

En un adelanto de lo que se vería en los asaltos posteriores de manera agravada, Eubank abrió el combate marcando bien el jab y lanzando ofensivas en uno-dos que se colaron entre la guardia de Abraham, alcanzado también por una dura combinación de gancho diestro y uppercut. Por su parte, el excampeón, que nunca ha sido precisamente un arquetipo de rapidez, se limitaba a lanzar jabs perfectamente evitables y a mantener alta y cerrada su guardia, por lo que, llegando en muchas ocasiones a ceder la iniciativa, no le supuso ninguna dificultad al local, que pronto desplegó todo su repertorio de golpes encadenando directos con ganchos zurdos, lanzando largas series de hooks al torso seguidas por demoledores cruzados o enlazando otros curvos con sus famosos uppercuts.

Alcanzado el tercer round y estando ya bastante enrojecido su rostro, Abraham buscó sorprender con alguna arremetida con gancho de mano adelantada o directo y con alguna corta combinación, pero fue eludido y contragolpeado por su contrincante, que le condujo a las cuerdas. Así, el alemán de origen armenio tuvo que soportar un gran castigo sin respuesta, especialmente con repetidos uppercuts que sacudieron su cabeza.
A partir de entonces, y tan pronto como en el cuarto round, la pelea quedó totalmente rota a favor de Eubank, que con suma calma podía imponer sus directos y poner de espaldas al ensogado una vez tras otra a un Abraham, con su guardia muy cerrada, que se quedaba estático a esperar que terminasen las ofensivas con cruzados, uppercuts y ganchos con variación de altura de su oponente. Eventualmente, entre encierro y encierro, “King” siguió probando ataques esporádicas, pero estos tuvieron un acierto bajísimo, exceptuando un gancho de izquierda que tocó claramente a su rival en el undécimo asalto.

Por lo demás, fue, tal y como estaba planteado, un encuentro para el lucimiento de Eubank, que se dedicó a realizar una innumerable cantidad de fanfarronadas como quedarse mirando al público, dar la espalda a su rival, bajar los brazos, darse golpes en el pecho o incluso pasearse por el ring en el descanso entre rounds. Aun así, a pesar de la falta de concentración, a Eubank le sobró para dominar totalmente al encajador Abraham, que pasó por apuros en varios momentos, sobre todo en el séptimo y el duodécimo round, en el que incluso se vio obligado a entrar en clinch.

De esta manera tan poco brillante quizás se haya puesto el punto y final a la carrera de “King” Arthur Abraham, uno de los nombres más destacados de las categorías intermedias por más de una década, que debería haber sido realista en sus posibilidades y no cometer el error de inflar el récord y el ego de los esperpénticos Eubank aceptando esta pelea en la que no tenía suficiente que ganar. Sea como sea, Chris Eubank Jr. conseguía con este encuentro añadir el nombre más ilustre a su récord, a la vez que se rodaba para su primera pelea en el torneo World Boxing Super Series, en el que ahora es participante de pleno derecho. Por ello, dentro de unas dos semanas se confirmará la fecha de su combate de cuartos de final ante el turco Avni Yildirim, boxeador que por su enorme agresividad será un oponente mucho más exigente que Abraham pero que probablemente, por las limitaciones de su boxeo, pueda terminar por ser neutralizado al contragolpe.