Darío Pérez
@Ringsider2020

Josh Warrington (30-1, 7 KO) y Mauricio Lara (22-2, 15 KO) (en la foto preocupándose por el estado de salud de Warrington) culminaron una velada de Matchroom en la que los ánimos del aficionado español ya estaban calentitos tras la decisión del combate anterior.

Combate de teórico rodaje para el de Leeds ante un mexicano que tenía la ocasión de ser visto en todo el mundo y poder exhibir un buen boxeo para tener una carrera mejor remunerada. Y así fue…gracias a Warrington.

Se metió el británico, con solo siete victorias antes del límite de treinta hasta la fecha, en un berenjenal, intercambios durísimos mediante, y pasó lo que pasó, que en el cuarto asalto Lara llegó con durísimos garrotazos a Warrington, que cayó al piso. Se levantó desorientado, pero el árbitro permitió el final del asalto porque, en lugar de aplicar el reglamento, interpretó la situación de la carrera de ambos púgiles.

Warrington se recuperó poco a poco con el paso de los minutos y la connivencia del tercer hombre, contando el choque con más alternativas pero cierto punto de cautela por parte del excampeón mundial.

En el noveno asalto, ocurrió lo inevitable. Perdón, lo que debió haberse evitado, porque proteger la condición de invicto de un gran púgil no debe, jamás, poner en riesgo la salud de una persona. Otra terrible mano de Lara, la enésima, arrojó al foso a Warrington, que ya no se levantó. Ojalá estos asaltos «de regalo» no sean un peaje que tome el deporte mal entendido en la salud de un chaval joven en plenitud vital.

Sorpresa para Lara, que ahora aspira a combates por título mundial, después de haber ganado al número uno del pluma.

En los combates previos, Ivan «Hopey» Price (4-0, 1 KO) abrió la parte televisada del evento ante el nicaragüense residente en España Daniel «El Travieso» Mendoza (11-12, 4 KO) en el peso supergallo. Price, altísimo para la división, lanzó golpes descendentes para evitar que el centroamericano entrase en su distancia, mostrando sus buenos fundamentos ante un corajudo Mendoza que acabó la pelea sin gran daño. Price ganó con relativa comodidad, pero, a sus 20 años, debe mejorar en precisión y elección de manos para ser de lo mejor del boxeo británico en los próximos años. La puntuación para Price fue indiscutible, 60-54.

A continuación, diez asaltos en el peso superligero con la buena promesa Dalton Smith (7-0, 6 KO) e Ishmael Ellis (11-4, 0 KO). Smith ocupó el centro del ring y el rol de agresor desde el principio, impactando con buenos golpes en el rostro de su rival. Ellis ya estaba con el rostro ensangrentado en el segundo asalto, y seguía recibiendo castigo de Smith con regularidad y dureza, hasta que decidió abandonar al final del tercer episodio. Buen triunfo de Dalton Smith.

El Campeonato Británico Pluma era el siguiente combate en el orden de la gala, y enfrentaba a los coaspirantes Leigh Wood (23-2, 13 KO) y Reece Mould (13-0, 6 KO). Tras un comienzo igualado, Leigh Wood fue poco a poco mostrando mejores maneras y una interpretación del choque más adecuada. Mould, sin embargo, pudo impactar los primeros golpes duros del combate en el tercer asalto, poniendo en problemas a Wood.

La situación se tornó opuesta en el cuarto capítulo, con una caída de Mould, aparentemente dañado, tras recibir un aluvión tremendo de golpes en varias trayectorias. Bien recuperado, siguió la pelea más que entretenida, atractiva, disputada… hasta el noveno asalto. Leigh Wood asestó un tremendo choché de izquierda a la parte fronto-lateral del rostro de Reece Mould que acabó con él en el suelo; pese a levantarse, valentísimo, nuevos golpes acabaron con la contienda y otorgaron a Wood el título británico.