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Más de 2.500 personas se reunieron en el Pabellón de La Casilla de Bilbao para vibrar con un K1Slam que ofreció boxeo, MMA, K1 y muay-thai. El programa amateur comenzó a las 18:00 horas.

Poco más de un mes después de meterse a las trincheras con Houya durante 10 asaltos, Jon Fernández volvía a La Casilla en un combate que debió haber sido frente a un Shakhnazyan que envió un parte de lesión y radiografías de su muñeca derecha diez días antes de la fecha. Tras un trabajo intenso, fue el colombiano Arístides Pérez quien aceptó viajar a Bilbao. Sus combates frente a Orlando Salido y Miky Román, Marsili, Jhonny González, le avalaban, además de haber sido contendiente por un título mundial superpluma frente a Humberto Soto. Pero era inferior su velocidad de manos y pies respecto a un Jon Fernández que salió muy concentrado. Pérez intentó parar a Fernández con rectos y voleas pero solo consiguió encajar manos en cada tentativa. Un gancho al hígado lo sometió a la cuenta de protección mediado el primer round. Pérez se levantó a la de ocho. Y trató de seguir por coraje. Fue alcanzado por varias series que no pudo asimilar. Jon Fernández, 24 años, vigente campeón WBC latino del ligero, suma así un récord de 22 combates con 21 victorias, 18 de ellas por la vía rápida, y piensa en un billete a Estados Unidos.

Antes, Fran Mendoza (9-0) se las veía con Félix García (7-0). Si el combate frente a Nano Santana fue una guerra, Mendoza subió un nivel más ante otro pegador como García. Intercambio de manos constante con mayor precisión y actividad por parte del colombiano afincado en la capital alavesa. Ohoooos del público en cada round y combatividad a raudales por ambas partes. Decisión unánime de los jueces en seis asaltos a favor de un Mendoza, 22 años, que presenta una tarjeta con diez victorias en otros tantos combates con seis que no llegaron al límite.

El bilbaíno Jhon Jader exhibió calidad frente a un Kelly Figueroa que se las sabe todas y tiró de oficio de campana a campana. El venezolano colocó sus manos al de Otxarkoaga y vendió cara su piel. Aún así Jhon Jader controló el ritmo de combate con su boxeo elegante y cadencioso que constituye un muestrario de recursos técnicos en defensa y ataque. En el cuarto round el de Elite Sport Bilbao alcanzó en el hígado a su oponente. Figueroa clavó la rodilla, respiró hondo, tomó aire y apuró la cuenta todo lo que pudo. Después se agarró, trabó las acciones y contragolpeó hasta alcanzar el límite. Jhon Jader, 21 años, presenta ahora, tras su victoria por decisión unánime, cinco victorias en cinco combates y sigue creciendo.