ESPABOX

Hace unos días se publicó que Álvaro Rodríguez «Ardy» era uno de los coaspirantes al vacante título de España supergallo. El otro había sido elegido por votación, David «Maravillita» Sánchez, pero Ardy a dedo, ¿por qué?, se preguntaban los aficionados.

El motivo es el control antidopaje positivo del tinerfeño Cristian Rodríguez tras su combate celebrado el 9 de abril de 2016. La anterior Federación Española, presidida por Antonio Martín Galán, con una máxima irresponsabilidad, como muchas de sus actuaciones pasadas, ocultó el caso e incluso dejaron pelear a Cristian Rodríguez posteriormente. Ni siquiera respondieron a los mensajes enviados por la AEPSAD (Agencia Española para la protección de la Salud en el Deporte) que les solicitaba unos datos sobre el boxeador. Es decir, como se ha hecho en los últimos años, a esconder todo debajo de la alfombra. Deplorable.
Por lo tanto, el actual Comité de Boxeo Profesional acata la sanción de la AEPSAD de 14 meses al canario contados desde su último combate y ha permitido al entonces aspirante Ardy que tenga una merecida segunda oportunidad.

Ya era hora de que hubiera claridad en el boxeo español. Hay dopaje en todos los deportes y se informa de ello, así que también debe ser igual en el boxeo español.
Ahora se está a la espera de una decisión para cambiar o mantener el resultado de aquel combate por el título de España.

A raíz de la publicación de la noticia, el expresidente Antonio Martín Galán, ha querido dejar claro lo siguiente:
1) La AEPSAD ha estado inhabilitada para efectuar sanciones hasta este pasado fin de semana, tras el Consejo de Ministros, por lo que no podía haber sancionado antes a Cristian Rodríguez. Ello era debido al problema de haber tenido un Gobierno provisional durante varios meses. Por lo tanto, tampoco la Federación Española podía retirar la licencia al boxeador.

2) Debido a esto, la Federación no podía impedir boxear al tinerfeño, dado que la sanción no era efectiva. Ahora sí es efectiva y será de 14 meses.

Estas son las declaraciones de Antonio Martín Galán que reseñamos y que le exculpan en algún grado de su responsabilidad, pero no cambiamos nuestra opinión en cuanto al secretismo permanente de los últimos años, y a la no intervención firme para cumplir con los reglamentos deportivos en cuanto a anulación o cambio del resultado o devolución del cinturón de campeón.