
Fernando Sanz
@fer_tito_14
El ucraniano Vasyl Lomachenko ha anunciado su retirada del boxeo profesional a los 37 años, según confirmó él mismo a través de las redes sociales. Con dos oros olímpicos, en campeonatos de Europa y del mundo amateur, y títulos mundiales en tres categorías como profesional, el ucraniano cierra una de las mejores carreras del s. XXI. «Hi-Tech» no pelea desde su victoria por nocaut técnico en el undécimo asalto sobre George Kambosos Jr., en mayo de 2024, por la que aún mantenía el título mundial IBF del peso ligero. En su mensaje de despedida, el ucraniano expresó su gratitud: «Agradezco cada victoria y cada derrota, dentro y fuera del ring. He ganado claridad sobre el camino que una persona debe tomar para lograr la verdadera victoria, no solo en el cuadrilátero, sino superando a su antiguo yo».
Con un palmarés profesional de 18 victorias (12 por nocaut) y 3 derrotas, Vasyl Lomachenko se retira tras haber sido campeón mundial en tres divisiones: peso pluma, superpluma y ligero. Solo perdió con el mexicano Orlando Salido y los estadounidenses Teófimo López y Devin Haney. También ha comentado: “Hay un momento en la vida de cualquier atleta en el que cuelga los guantes. Este día ha llegado para nosotros. Agradezco a Jesucristo por mostrarme que el reconocimiento, la historia o la leyenda no son el sentido último de la existencia”.
El ucraniano es una leyenda del boxeo amateur, donde logró un récord casi perfecto de 396 victorias y una sola derrota. En su palmarés destacan las medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 (peso pluma) y Londres 2012 (peso ligero). Como profesional, debutó en 2013 y con solo tres peleas, conquistó el título mundial pluma de la WBO, al derrotar a Gary Russell Jr. en 2014, para igualar el récord del tailandés Saensak Muangsurin, después de perder con Orlando Salido en su segunda pelea.
Apodado en Estados Unidos como «The Matrix» por su habilidad para boxear en su propia distancia, Lomachenko causó sensación con su velocidad y precisión, forjada por su padre, Anatoly Lomachenko, quien lo moldeó con ejercicios como la apnea o problemas matemáticos para trabajar su cerebro.
Entre sus victorias más memorables están las logradas sobre Guillermo Rigondeaux o Jorge Linares. A pesar de las especulaciones sobre futuros combates contra figuras como Gervonta Davis o Shakur Stevenson, Lomachenko decidió priorizar su vida familiar en Ucrania, y cerrar su carrera deportiva.
Además de sus logros deportivos, Lomachenko se distinguió por su inteligencia en el boxeo, su técnica depurada y su comportamiento ejemplar fuera del cuadrilátero, cualidades que le merecieron la admiración de oponentes, analistas y seguidores.