Daniel Pi
@Bastionboxeo

Con la vista puesta en una unificación ante su compatriota Kosei Tanaka, titular WBO, como parte de una de las grandes veladas japonesas de final de año, el campeón WBA del peso minimosca Ryoichi Taguchi (25-2-2, 11 KO) necesita afrontar una pelea de preparación de la máxima dureza en la que no sólo pueda rodarse después de siete meses de inactividad sino que también consiga disipar las dudas que nuevamente ha vuelto a generar con su empate de diciembre ante Carlos Cañizales. Así, teniendo claros y ambiciosos objetivos de los que no quiere ser separado, disputará este domingo en el Ota-City General Gymnasium de Tokio, Japón, su defensa obligatoria ante el número uno del ránking WBA Robert Barrera (18-1, 12 KO).

Por casualidad, este test decisivo será más bien una segunda oportunidad o una reedición de su última pelea para que Taguchi pueda demostrar que ha aprendido de los errores que hace siete meses casi le cuestan el cinturón ante Cañizales. Y es que mañana con Barrera se volverá a medir a un boxeador colombiano, de gran técnica y fluidos desplazamientos, que contragolpea con destreza, que cuenta con buenos números en su récord y que incluso también se midió en el pasado al mismo Cañizales, ante quien sumó su única derrota pero de forma ajustada y dividida.

Así, el combate se plantea estratégicamente de una manera similar, con Taguchi teniendo que perseguir a su oponente para intentar llevar el combate a la distancia corta y media-corta evitando que el visitante pueda desbordarlo técnicamente y por velocidad desde la distancia larga. De todos modos, hay varios factores que hacen el encuentro más abierto y hasta cierto punto imprevisible.

No es un secreto que Taguchi lleva mucho tiempo padeciendo sobreesfuerzos para dar el peso minimosca, 49,000 kg, división en la que ha militado durante más de una década y en la que, con su 1,67 m, le resulta ya casi insostenible mantenerse. Esto se ha traducido en pérdidas de rendimiento decisivas en varios de sus combates recientes, en los cuales, lastrado por la falta de energía, su irregularidad combativa llegó a ponerle en apuros claros. Por ello, surge inevitablemente la pregunta de si Barrera será quien podrá explotar definitivamente estas dificultades de Taguchi que, además de tener que superar a un rival seis años más joven, no podrá contar esta vez con su habitual ventaja en altura, ya que Barrera mide 1,65 m.

En cualquier caso, aunque Barrera es muy preciso y puede hacer plásticas esquivas en el boxeo con espacios, su desempeño ofensivo en la distancia corta no es ni mucho menos tan bueno como el de Taguchi, que combina muy bien sus ganchos. Por ello, si sumamos que su experiencia es de mucha menor calidad y que tendrá la desventaja de enfrentarse al campeón en su ciudad natal y de residencia, el retador no será considerado favorito, aunque su potente pegada, con la que ha decantado súbitamente varias de sus peleas y ha sentenciado sus últimas cinco subidas a un ring, le da una posibilidad más para que pueda aspirar a coronarse y añade todavía más interés a este enfrentamiento seguramente contendido y emocionante.

En la ceremonia de pesaje tanto Taguchi como Barrera dieron idéntica cifra, justo en el límite de la división del peso minismoca, 49,000 kg.