Darío Pérez
@Ringsider2020

El esperado combate entre Gennady Golovkin (41-1-1, 36 KO) y Jaime Munguía (36-0, 29 KO) parece que no se va a disputar de manera inminente.

Muchos daban por hecha la confrontación entre el kazajo, poseedor del título mundial IBF en el peso medio, y el mexicano, excampeón mundial superwélter WBO; sería la prueba definitiva para ver si Munguía va a ser la superestrella que muchos predicen o si sus lagunas defensivas le iban a lastrar ante un boxeador de la élite mundial durante la última década, gran pegador y muy experimentado.

Sin embargo, parece ser que se han enfriado las opciones de que el combate se diera como el próximo paso de ambos, hacia mayo. El equipo de Munguía, Zanfer y Golden Boy, está interesado en el duelo ante GGG, pero el equipo del kazajo no está convencido, probablemente por el riesgo peor de derrota que arruinaría una hipotética trilogía ante «Canelo» Álvarez, la gran espina clavada de su carrera. Ante esta tesitura, se buscaría un combate en abril para mantener activo a Munguía contra un oponente que le siguiera exigiendo trabajo a buen nivel.

Por su parte, Golovkin ha lanzado sus miras hacia el otro lado del mundo… y otro cinturón. El campeón WBA, recién «ascendido a supercampeón» tras centrarse Canelo en el peso supermedio, es el japonés Ryota Murata (16-2, 13 KO). Sería una buena oportunidad para ostentar dos títulos mundiales a la vez y un combate que económicamente arrasaría en el continente asiático.

En clave española, Murata siempre ha sido el objetivo de Sergio Martínez desde su vuelta a los cuadriláteros en 2020 y sería una opción mucho más atractiva ahora que es realmente campeón del mundo. Si Golovkin se enfrentase a Murata, no sería una buena noticia para Maravilla y sus planes de volver a reinar.