Fernando Sanz
@fernandosanz.alba

El campeón mundial del peso superligero de la IBF (63,5 kg), Richardson Hitchins (20-0, 8 KO), se encuentra en una fase particular de su trayectoria. Tras el desafío público de Frank Martin (18-1, 12 KO), el boxeador estadounidense de 28 años expresó en redes sociales su asombro ante el interés de «todo el mundo» en enfrentarse a él, una declaración que subraya la presión que experimenta en su categoría. A pesar de mantener su récord invicto, Hitchins no ha logrado concretar un nuevo combate desde su victoria por nocaut sobre George Kambosos Jr. (22-4, 10 KO) el 14 de junio. La posterior desvinculación de Eddie Hearn ha complicado su situación actual, y la esperada oportunidad económica con Turki Alalshikh aún no se ha concretado. En este momento, el campeón no tiene fecha ni oponente confirmados para su próxima pelea.

Paradójicamente, Hitchins está rodeado de retadores. Varios nombres fuertes del peso superligero lo han señalado como objetivo, en parte porque algunos lo consideran un campeón accesible. Su actuación sin brillo ante Gustavo Lemos (30-2, 20 KO) alimentó dudas sobre su contundencia, y dentro del boxeo hay quien lo compara con una versión “descafeinada” del estilo de Shakur Stevenson (24-0, 11 KO).

Los púgiles a quienes él mismo ha convocado como Teófimo López (22-1, 13 KO), Devin Haney (32-0, 15 KO) o Brian Norman Jr (28-0, 22 KO) tampoco han aceptado su desafío. Y si Norman Jr. vence a Haney (32-0, 15 KO)  el 22 de noviembre, es posible que se dirija hacia encuentros más lucrativos, distanciándose aún más de Hitchins.

La situación es evidente: si el campeón de la IBF desea mantenerse relevante en el ámbito competitivo, deberá aceptar a uno de los contendientes que lo han mencionado en las últimas semanas. De lo contrario, corre el riesgo de encontrarse en una posición complicada, conservando el cinturón, pero sin una dirección clara.

En el boxeo profesional no existen caminos cortos perdurables: tarde o temprano, será necesario demostrar la valía en el cuadrilátero.