Daniel Pi
@BastionBoxeo

El mexicano Rey Vargas (33-0, 22 KO), campeón mundial WBC del peso supergallo, pretendía pelear en estas fechas contra el monarca del peso pluma Leo Santa Cruz, combate que consideraba que tenía todo el sentido por ser un duelo entre titulares mexicanos con alto ritmo combativo, que satisfaría al público y que le reportaría una bolsa muchísimo mayor a la que le daría una defensa obligatoria ante el hábil japonés Tomoki Kameda (36-2, 20 KO).

No obstante, aunque el posible cruce ante el “Terremoto” parecía tener todo del lado de Santa Cruz, la contienda no llegó a materializarse, no sabiéndose, como casi siempre, si la culpa fue de un lado, del otro o de la incompatibilidad audiovisual de sus promotoras.

El caso es que, enterrada esta opción, Vargas peleará el próximo sábado en el Dignity Health Sports Park de Carson (Estados Unidos) ante el dificilísimo Kameda, que accedió a este campeonato mundial venciendo a Abigail Medina por decisión unánime el pasado noviembre y que pretende con su nuevo asalto mundialista desquitarse de dos aspectos: “vengar” la derrota que sufrió en época amateur ante Vargas en la final del torneo mexicano de los Golden Gloves y conseguir una indiscutible victoria en Estados Unidos que le haga reflotar hasta la cúspide.

Ciertamente, aunque ya poseyó el cetro WBO del peso gallo (2013-2014), Kameda considera que esta oportunidad titular en el peso supergallo tiene la capacidad de convertirlo en una estrella, reputación que podría expandir posteriormente tanto afrontando una pugna contra el aspirante obligatorio Guillermo Rigondeaux como disputando una unificación ante un Daniel Román con dos coronas mundiales en su poder. Por todo ello, Kameda ve esta pelea como la más importante y decisiva de toda su carrera boxística.

Seguramente, Vargas, que planea ascender en el futuro al peso pluma, no vea su choque ante Kameda como el combate más importante de su trayectoria, pero resultará difícil que no lo considere un reto de una enorme complicación. Hay que subrayar que el reinado de Vargas no ha sido precisamente un camino de rosas, sufriendo múltiples cortes en cada una de sus defensas, padeciendo mayores dificultades de las esperadas ante Ronny Ríos, siendo abucheado su veredicto favorable ante un Hovhannisyan que lo estremeció y cayendo a la lona en su última pugna ante Manzanilla.

Así, con este avance a trompicones añadiéndose a la irregularidad táctica de su boxeo, intercambiando golpes cuando no debe hacerlo y no explotando su ventaja en altura adecuadamente, además habiendo mostrado un encaje cuestionable, Vargas encara un encuentro ante un boxeador tremendamente veloz, técnico, con gran control de la distancia, variedad de recursos y eficaz defensa, de modo que parece casi inevitable que la pugna esté igualada y contendida y que obligue al titular a dar lo máximo de sí.

Si Vargas tiene factores a su favor, estos suelen ser su notable cadencia de golpes y su sólido trabajo al torso, elementos que parecen clave para intentar incomodar al móvil Kameda y desgastarlo de cara a la segunda mitad de la pugna, en la que el monarca precisamente suele remontar tras malos inicios. No obstante, Kameda es un excelente contragolpeador y posee un tremendo gancho zurdo además de fugaces directos, de modo que cualquier riesgo de más emprendido por Vargas podrá encontrarse con decidida respuesta por parte del japonés, que si ve a su oponente dudar sacará réditos con sus entradas y salidas.

Desde la 1:00 h de la madrugada del sábado al domingo, DAZN emitirá en España el evento encabezado por el Vargas-Kameda.