Darío Pérez
@Ringsider2020

Noche variada en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta, Estados Unidos, donde Triller puso en práctica su concepto del boxeo como parte de una noche de entretenimiento. Así pues, entre artistas musicales de la actualidad (algunos de ellos rodeados por señoritas exhibiendo sus nalgas con hipnóticos movimientos, ya fuera al aire o en una barra vertical), vídeos promocionales por doquier, los organizadores tomando bebidas espirituosas tras una barra, intervenciones de famosos del mundo de los deportes de contacto como Óscar de la Hoya o Ric Flair y canciones con más palabrotas que una tangana en una pachanga amateur, de vez en cuando pudimos ver algo de boxeo. Más que ropa en las mujeres que pisaron el escenario, desde luego.

Y decimos «algo» porque, si ya parecía secundario el boxeo serio, entre dos púgiles con bagaje profesional, Lorenzo Simpson se pasó del peso ampliamente en el paso por la báscula y su combate fue cancelado.

El más interesante, o el único, desde un punto de vista del pugilismo, acabó con enorme polémica. Regis Prograis (26-1, 21 KO) venció por decisión técnica a Ivan Redkach (23-6-1, 18 KO) por 60-54, 60-54 y 59-54, al pararse el combate en el sexto asalto. El motivo fue que Redkach adujo, y el árbitro aceptó como válido tras haberle realizado la cuenta de protección propia de los golpes legales (como se aprecia en la foto), que un gancho al cuerpo había sido en zona ilegal, por lo que se quedó en el suelo y fue retirado en camilla, ante la incredulidad de Prograis y, seguramente, los espectadores siguiendo el evento. De hecho, en la repetición no parece ni siquiera que fuera un golpe que alcanzase nítidamente a la anatomía del ucraniano.

Hasta entonces, Prograis había dominado el combate de principio a fin. El equipo de Rougarou anunció también, horas después, un recurso para que le fuera reconocida la victoria como nocaut, en lugar de decisión técnica. Pocos habrían pensado de antemano que este duelo de prestigio, en principio la parte seria y deportiva a la noche, sería la mayor charlotada de cuantas vimos en la noche de Georgia.

También hay que destacar el triunfo de Steve Cunningham (30-9-1, 13 KO) sobre el debutante en el boxeo y exluchador de artes marciales mixtas Frank Mir (0-1). Fue por decisión unánime, con puntuaciones de 60-54, 60-54 y 58-56, y tras un combate de baja calidad entre dos participantes por encima de los 40 años.

En el combate principal de la noche, tampoco hubo gran nivel, algo que se preveía viendo el estado físico de Ben Askren (0-1), otro antiguo luchador de MMA que debutaba en el boxeo, durante el pesaje, notablemente adiposo. El youtuber Jake Paul (3-0, 3 KO) le despachó en el primer asalto sin apenas esfuerzo, mostrando mejor forma física, velocidad y un rodaje como boxeador que viene de sus dos choques anteriores.

No nos convence este nuevo concepto del boxeo por parte de la promotora Triller, aunque habrá muchos a los que sí les produzca enorme placer esta mezcla de disciplinas; esta sensación se acentúa en el caso del espectador español por las horas en las que se produjo la gala, entre las 2 y las 7 de la madrugada.