Daniel Pi
@BastionBoxeo

Dos meses después de firmar una extensión del acuerdo con Top Rank para que sea su promotora por varios años y le dé un mínimo de tres peleas por temporada (aunque incluso se intentará que sean cuatro), el campeón mundial WBO del peso supergallo, el ghanés Isaac Dogboe (20-0, 14 KO), subirá al ring en el Madison Square Garden de Nueva York (Estados Unidos), bajo las cámaras de ESPN y como semifondo de la unificación Lomachenko-Pedraza.

Con una materialización tan rápida de lo que puede suponer para él esta nueva etapa en su carrera, Dogboe, que ni teme a los retos ni rehuye dar espectáculo, tratará de corresponder a la confianza depositada en él ofreciendo una gran actuación ante su aspirante obligatorio, el mexicano Emmanuel Navarrete (25-1, 22 KO), boxeador joven, con muchísima pegada y que encadena 20 victorias, de modo que resultará tanto una prueba de fuego a la continuidad como monarca del africano como una oportunidad para que pueda brillar una vez más.

Realmente, este 2018 ha sido un año formidable para Dogboe que, tras una carrera buena pero no fuera de lo común para una invicta promesa, irrumpió en la escena mundial en enero destrozando en cinco asaltos al temible César Juárez, triunfo sucedido en abril por su coronación ante el imbatido monarca Jessie Magdaleno y en agosto por su primera defensa de su cetro, que realizó en tan solo un round ante un campeón nacional japonés y titular continental asiático, sin derrotas antes del límite, como Hidenori Otake.

De este modo, con una victoria, la cuarta del año, ante un rival tan peligroso como Navarrete, Dogboe podría incluir sus nombres entre los candidatos a revelación del año y solidificarse como el mejor peso supergallo de la actualidad, posición que varias listas extraoficiales le asignan ya (en otras Guillermo Rigondeaux se mantiene por encima).

Por su ventaja de 13 cm de altura, su resistencia, su fortísima pegada, su heterodoxia y su capacidad para encadenar manos en trayectorias bastante poco convencionales, Navarrete presenta unas evidentes dificultades para Dogboe, pero también tiene claras brechas que parecen jugar totalmente a favor del campeón. Y es que Navarrete, que es un púgil un tanto lento, no tiene ningún problema en ceder totalmente la iniciativa en cuanto es sometido a una mínima presión, siendo además su defensa bastante deficiente, tanto que muchas veces prácticamente espera el impacto de los golpes rivales para conectar al contragolpe sus durísimos curvos.

Así, no teniendo tampoco experiencia de nivel, Navarrete presenta muchos puntos débiles aunque también notable riesgo, por lo que un Dogboe mucho más explosivo, preciso y técnico parece perfectamente capacitado para usar sus cualidades y sobrepasar el limitado boxeo de su rival e incluso dañarlo, pero estando todavía reciente en el recuerdo cómo visitó la lona por un contragolpe de un Magdaleno con menos pegada y menos grande que su retador del próximo sábado, existe una cierta incógnita que hace muy interesante el encuentro. De lo que no hay tanta duda es de que seguramente el Dogboe-Navarrete ofrecerá un muy entretenido semifondo que permitirá sobrellevar bien la espera hasta el comienzo del Lomachenko-Pedraza.

Ni Dogboe ni Navarrete sobrepasaron el límite del peso supergallo (55,300 kg), marcando en la romana, respectivamente, 54,800 kg y 55,300 kg. La cadena ESPN emitirá para Estados Unidos este evento, que incluirá el Lomachenko-Pedraza, el Dogboe-Navarrete y el López-Menard, a partir de las 3:00 de la madrugada en hora peninsular española, una hora menos en las Islas Canarias.