Carlos Utrilla
@CJBoxing

El Stereo Plaza de Kiev, una sala multiusos generalmente usada para conciertos y con capacidad de hasta 6.000 personas, será este sábado el escenario del combate entre Ruddy Encarnación y Oleg Yefimovych. En juego se encontrará el cinturón de campeón de Europa del peso pluma, la categoría por excelencia del boxeo español. También el WBA Continental, cinturón menor que ostenta el ucranio.
Es la pelea más importante en la carrera del veterano púgil español y la que podría abrirle las puertas a alguna mayor. Pero, independientemente del resultado, disputar el cetro continental ya es un sueño. Un sueño que se ha encontrado con todas las trabas posibles.

Un hombre y su sueño
Ruddy Encarnación es un hombre que ha desarrollado la carrera en sentido contrario al normal. Debutó en 1999, peleando allí donde le llamaban. Tras una racha de victorias se convertiría en una especie de jornalero de lujo, peleando entre pluma y ligero por toda Europa y contra gente de la categoría de Spend Abazi, Luca Giacon, Kevin Mitchell o Edis Tatli. Son años de acumular muchas derrotas. Algunas sin discusión pero otras debidas al localismo.

En 2012, sin embargo, Ruddy se plantó… y se dispuso a hacer carrera. Con 33 años. Así, llegaría la conquista del título nacional del superpluma y más tarde el de la Unión Europea del pluma, cinturones cuyas defensas alternaría. El sueño del título de Europa estaba cerca, pero el organismo europeo se mostraba reacio a darle la oportunidad debido a su récord acumulado y no fijándose en el historial reciente: desde Enero de 2012 no ha perdido un solo combate.
Tan lejos, tan cerca
Pero antes del verano la suerte pareció cambiar. Josh Warrington, el campeón, dejaba el título, lo que fue aprovechado por Kike Soria para defender los intereses de su representado (con una Federación un poco ajena a lo que ocurría aquí y en otros asuntos). El español era designado, al fin, aspirante oficial, debiendo enfrentarse a un viejo rival: el belga Alexander Miskirtchian.
La otra buena noticia era que se había encontrado a tres empresarios que estaban dispuestos a financiar el evento. Contaban con sponsors, querían dar a conocer una serie de marcas de nivel elevado y querían hacer una especie de fiesta con el combate como telón de fondo. El 24 de Julio era el día escogido y en un marco como el Hipódromo de la Zarzuela. Además, se garantizaba que Canal + emitiría la velada: cuestión de tener conocidos.

Sin embargo, todo empezó a torcerse más allá de que el rival de Ruddy Encarnación cambiara: Miskirtchian, oficialmente, se lesionaba una mano y le sustituía, cosas de la vida, Sofiane Takoucht, con quien iba a defender el cinturón de la Unión Europea antes de ser designado aspirante. La dirección del Hipódromo (una prima del Rey) no dio su autorización al evento y acabó recurriéndose a Vistalegre tras fallar otras alternativas. Pero la idea original se había perdido y con ello el público que se buscaba y, lo peor, los supuestos sponsors. El miércoles previo al combate oficialmente se anunciaba la cancelación y los tres supuestos mecenas desaparecían.

Pasado el verano, se pensó en incluir el combate en la velada inicial de la Asociación de Promotores, aunque el presupuesto se disparaba. El equipo español tuvo que ceder la organización a los belgas que llevan la carrera de Takoucht (aunque él sea francés). Aunque sin tenerlas todas consigo, pensaban poder meter el europeo en una velada a celebrar el 19 de diciembre en Charleroi. Pero llegó el último problema: el padre del aspirante francés fallecía y éste afectado, decidía desvincularse momentáneamente del boxeo.

Enemigo a las puertas
Había que encontrar, rápido, un nuevo aspirante, que pudiera organizar el combate y lo hiciera pronto. Y la fortuna por una vez sonrió. La EBU, por un lado, y Soria, por otro, se movieron. El mánager español contactó con Union Boxing Promotion, que lleva la carrera del que era más alto clasificado en listas, Oleg Yefimovych. Y dijeron sí: a pelear por el cinturón, a organizarlo y a hacerlo dentro de este año.
El ucraniano, de 34 años, ya se proclamó campeón europeo en 2008, cuando derrotó por puntos a Sergio “El Maestrito” Blanco. Después protagonizaría cuatro defensas del título antes de perderlo en agosto de 2010 con, precisamente, Takoucht. En este combate el del Este de Europa contó en su esquina con Freddie Roach, que le hizo variar su boxeo con muy poco éxito.
Tras el traspiés conquistaría el WBA Intercontinental, acumulando otras cuatro defensas. Sin embargo, desde finales de 2012 y debido al conflicto entre Ucrania y Rusia, su presencia en el ring se fue espaciando mucho en el tiempo. Con la zona algo menos candente, ahora Yefimovych busca recuperar el tiempo perdido y acercarse a una oportunidad mundialista.
“Uno de los mejores plumas europeos de la última década. De mis rivales, junto con Leva Kirakosyan, el mejor al que me he enfrentado. Ojalá se muestre más ofensivo en vez de usar su boxeo de desplazamiento lateral y contragolpeo”. Así lo definía en cierta ocasión el gran Sergio Blanco, el hombre al que ganó el mismo cinturón que el sábado estará en juego.

De no mucha estatura, efectivamente el ucranio es un hombre al que le gusta ceder la iniciativa, que se mueve bien contragolpeando, aprovechando los huecos del rival. Se desplaza con facilidad hacia atrás y lateralmente, lo que puede desquiciar a su rival, que en ocasiones piensa que persigue sombras. Resultará importante que Ruddy, aunque falle manos, recomponga rápidamente su defensa y no se desespere.
Yefimovych posee un estilo difícil para el oponente; lo que en muchos lugares se conoce como “estilo amateur”, si queremos. Gusta de colocarse en la larga distancia para aprovechar su velocidad y, normalmente, lanza una combinación de 2-3 golpes y sale para iniciar el ciclo, como si buscara puntuar. Diestro, cuenta con una buena derecha recta, mano que suele llevar casi siempre cercana al mentón, aunque nos atreveríamos a decir que casi el mismo peligro conlleva la izquierda curva, abajo (gancho al hígado) o arriba como croché.
El sábado Ruddy Encarnación tiene un premio a sus hasta ahora 16 años de carrera: la disputa de un Europeo y accediendo a él por acumulación de méritos. Todo lo que pueda venir más, en forma de victoria, es un añadido.