Daniel Pi
@BastionBoxeo

Este sábado, en el Save Mart Arena de Fresno (Estados Unidos), se esperaba otro estadio lleno de aficionados deseosos de presenciar la primera defensa del título WBC del peso superligero de José Carlos Ramírez (22-0, 16 KO), que se está convirtiendo en un ídolo entre la población de origen mexicano de California. Con todo, su oponente, el muy asequible Danny O’Connor (30-3, 11 KO), no pudo ni siquiera presentarse al pesaje, puesto que padecía una deshidratación tan sumamente severa que, según ha informado su equipo, incluso su discurso resultaba incoherente, tenía dificultades para hablar y apenas reaccionaba. Así, se decidió suministrarle suero, pero su capacidad para razonar siguió sin regresar, de modo que se optó por ingresarlo en el hospital, donde deberá permanecer por un tiempo todavía no definido.

A falta sólo de unas horas para la pelea, difícilmente se puede encontrar a un top 15 que esté en peso y que quiera entrar al combate como sustituto sin tiempo para prepararse, de modo que la primera puesta en juego de Ramírez deberá esperar, si bien el resto de la velada seguirá adelante, siendo ahora encabezada por el duelo programado inicialmente como semifondo, el choque del peso wélter entre el prometedor lituano Egidijus Kavaliauskas y el exigente dominicano Juan Carlos Abreu.

En cualquier caso, el evento carece de importancia comparativamente con la preocupación que produce el estado de salud de O’Connor, cuya elección para este campeonato provocó enormes críticas a Top Rank teniéndose en cuenta, entre otras cosas, que el aspirante había llegado a militar en el peso superwélter.