El Pechanga Arena de San Diego, California, acogió la velada de Top Rank la pasada madrugada, con el título mundial WBO pluma como principal aliciente.

Emanuel Navarrete (35-1, 29 KO), en su segunda defensa del título, superó en una guerra de más de 1 600 golpes lanzados al californiano Joet González (24-2, 14 KO), un dignísimo adversario.

El campeón salió a pegar duro desde el inicio, pero el aspirante demostró, ya en el atractivo primer asalto, dos virtudes: capacidad de encaje y buen desempeño en el contraataque. Los largos brazos de Navarrete y sus ángulos impredecibles para golpear no son plato fácil, pero González fue un buen comensal en la noche americana de hoy, pese a presentar un complicado corte bajo su ojo derecho desde bastante, demasiado, temprano.

La pelea fue competitiva y sacrificada, de las que salen magullados y sin gasolina en el depósito hasta el árbitro, si nos descuidamos; también presentó buenas alternativas dentro de cada asalto, algo que agradecen los apasionados de cualquier deporte por el bien del espectáculo. La incertidumbre es imprescindible a la hora de disfrutar plenamente de un intercambio de puñetazos, y el espectáculo de esta noche tuvo un alto componente de ella. De este modo, y con el milagro de que ninguno hubiera visitado la lona, llegamos a la mitad de los doce asaltos con la única preocupación de que el corte de González iba acompañado de una considerable hinchazón.

Quizás ello fue lo que provocó que el Vaquero saliera al séptimo asalto con una determinación fuera de lo común y, por primera vez, con menos respuesta de su retador. Además, fruto de que el cansancio empezaba a pedir la vez, se produjeron varios enganchones con el pie adelantado de ambos, propiciando pérdidas de equilibrio puntuales. Sin embargo, ambos púgiles tomaron un segundo aire y, en los asaltos llamados de campeonato, en el último tercio de la pelea nos brindaron nuevos cruces de guantes realmente dignos de haber trasnochado.

Lo más destacado fue un accidentado inicio del décimo round, con un examen médico al pómulo de González y un golpe bajo (no el único) de este que derribó a Navarrete, ilegalmente, como con un pisotón minutos después, ya en el penúltimo capítulo. Gran pleito el que nos dedicaron estos dos guerreros, puntuado 118-110 (exagerado y abucheado en el recinto), 116-112 y 116-112 en favor de Navarrete, que debería ir pensando en unificar, aunque, con sus tres últimas actuaciones, nos deja dudas sobre su posible rendimiento ante los otros gallos de la división pluma.

El resto del cartel, con mucha presencia hispana, fue tan duro y competitivo como se preveía. Destacó el combate de peso wélter entre el local Giovani Santillán (28-0, 15 KO) y el mexicano-estadounidense Ángel Ruiz (17-2, 12 KO), toda una guerra en la que terminaron exhaustos, aunque con mejor desempeño del primero, amplio ganador en las cartulinas.

Además, el superpluma puertorriqueño Henry Lebrón (14-0, 9 KO) y el superligero mexicano Lindolfo Delgado (14-0, 12 KO) tuvieron unas exigentes pruebas en el evento, aunque las solventaron por sendas decisiones unánimes. Por último, debutó con triunfo en el primer asalto el gigante