Antonio Barral

Al igual que en una anterior visita, Lugo me recibió con frío y aguanieve el pasado fin de semana, aunque la inestimable acogida del atentísimo anfitrión Miki Sánchez y la bienvenida -escenificada en esa universidad gastronómica del buen saber, y sabor, del Restaurante España– dispensada por personajes lucenses del marcado perfíl altruista y romántico del boxeo, dio calidez a mi grata estancia en la Ciudad Amurallada. A los postres, las almas mater de ese santuario lucense del buen xantar que son Héctor y Francisco López, adelantaron su particular homenaje a Miki Sánchez sorprendiéndole con la emisión del combate disputado en mayo de 1991, entre el homenajeado y el otrora campeón de España y Europa Alfonso Redondo.

Ya con el Pabellón Daniel Cordido completamente abarrotado de aficionados al boxeo y, después del combate de semifondo disputado por el local Adrián Molina y el coruñés Sito Simón, se inició el protocolo de homenaje a una leyenda viva del boxeo lucense, quien subió al ring donde recibió una placa conmemorativa del acto. Micrófono en mano el propio homenajeado, Miki Sánchez, quiso compartir el emocionante momento con el grupo de románticos altruistas del boxeo que colaboraron con él durante su prolífica etapa como maestro de boxeadores, entre los que se cuenta el único boxeador lucense de la historia Alberto Piñeiro Louzao, El Piña, que conquistó el título de Campeón de España. Allí fueron llamados al ring JulAvelino Rodriguez de Armas, Dositeo Rocamonde, Alfonso Colinas, los hermanos Hector y Francisco López, entre otros. Asimismo, tuvo un recuerdo para los extintos Xan Pérez, David Marquez, y José Luis Cancela.

Paso a recordar los resultados de la excelente y entretenida velada cuyo elenco arbitral estuvo formado por José Manuel Vilas, José Ángel Bravo Carrio, Alberto Meijide Ruibal y José Luis Touriño, ejerciendo como jefe de los servicios médicos el doctor Alfonso Cortinas y actuando como supervisor el propio presidente de la Federación Gallega Manuel Planas. En el primer combate Cristian Ríos, de la Escuela Boxeo Atlántico Brabox 76 se hizo acreedor al triunfo de su parte, frente a David Fontán de la Escuela Carlos Padin de Caldas de Reis.
El novel boxeador local, Aitor López, tuvo el privilegio de recibir de manos de Miki Sánchez, el trofeo como ganador del combate frente al discípulo del Rebouras Team Diego Cao.

Gran combate, una de las destacadas lides de la tarde noche boxística, el que protagonizaron dos juveniles competidores que forman parte del Cuadro de Honor nacional como Juan Felipe Quinbayo del Piña Team, y el avilesino Ares Lois. El alumno de Alberto Piñeiro hizo un examen pugilístico en el que logró un sobresaliente alto, aunque el campeón nacional del Gimnasio Toa obtuvo la matrícula de honor y se llevó el triunfo para Avilés.

A Hoover Giraldo le entregó el trofeo de ganador Paco López del Restaurante España, tras su contundente triunfo por abandono de Pablo Núñez de la Escuela Padin. Pablo Pedrosa, un discípulo de Piña laureado internacionalmente, no consiguió reverdecer otro laurel, pues la victoria se la adueñó el púgil de la Escuela Padín Branyel Suárez.
En el combate entre Cristian Razvan y Diego Crecente de la Escola Cachorro los jueces árbitros dictaminaron que el resultado fuese de combate nulo.

Andrés Domínguez, de la Escuela Boxeo Atlántico Brabox 76, y Martín García Iglesias de la Escola Cachorro, registraron su trilogía boxística con otro gran combate, en el cual, ambos excelentes boxeadores optaron con sus cualidades boxísticas a llevarse el triunfo. La duda persiste en sí el director de combate hizo, o no, cuenta por caída en el tercer asalto.

Adrián Molina, uno de los ídolos del boxeo lucense actual, le tocó enfrentarse con un buen boxeador como Alejandro Simón. Disputado combate que dispuso de intensos cambios de golpes, con fases de dominio alterno, durante el que supo obtener mayor puntuación en las cartulinas arbitrales el discípulo del triunvirato de técnicos del Brabox 76 de Coruña.

El colofón al multitudinario y excelente evento boxístico promovido por el Team Piña Boxing Club correspondió escribirlo a los neoprofesionales Aarón González, en representación del The Thunder de Marín, y al valeroso Alex Andreu, como aspirante de la Escola Cachorro. En disputa el Cinturón Gallego del peso medio. El campeador en más de cien batallas sobre lonas nacionales, del The Thunder de Marín, contuvo el enconado inicio y posteriores ataques de coraje emprendidos por el bravo guerrero de la Escola Cachorro, y volvió a ceñirse a otro nuevo fajín blanquiazul autonómico.