ESPABOX

Si hace unos días se producían graves irregularidades en el boxeo español, el circo sigue. El púgil valenciano Miguel Micaelo ( 2-2-2, 1 KO) se encuentra en Dinamarca para pelear este sábado ante el boxeador local imbatido Jonas Madsen (3-0, 0 KO). Según nos comunica su mánager Francisco Vicente, la Federación Española de Boxeo le ha dado el permiso de desplazamiento para pelear allí por medio de correo electrónico, y con ello incumple gravemente el reglamento.
Recordamos que hace unos días acertadamente la Federación Madrileña cumplió el reglamento y prohibió pelear al venezolano Hermín Isava por el mismo motivo.

Esto es lo que dice el reglamento de la Federación Española de Boxeo colgado en su web:
«Ningún Boxeador podrá realizar un combate si no ha transcurrido un período mínimo de trece (13) días desde su último combate y no esté en curso en ninguna de las suspensiones temporales por pérdida antes del límite o por recomendación médica de descanso, sin haber perdido antes del límite. En casos especiales, podrá autorizar el Comité de Boxeo Profesional que transcurra un período mínimo de siete (7) días desde el último combate de un Boxeador. No podrá concederse otro de estos permisos especiales hasta transcurridos dos (2) meses del anterior y no más veces de cuatro (4) al año, a un mismo Boxeador.»

Bien, pues Miguel Micaelo va a disputar su ¡TERCER COMBATE EN DIECISÉIS DÍAS!

La Federación Valenciana, la Catalana y la Española ya incumplieron el reglamento con este boxeador el pasado domingo 29 de mayo, al permitírsele pelear en la localidad gerundense de Salt, solo nueve días después de su anterior combate profesional, disputado el 20 de mayo, y ahora la Federación Española sigue incumpliendo las normas establecidas dando permiso de desplazamiento al extranjero seis días después y saltándose un reglamento hecho por ellos mismos, basado en recomendaciones médicas.

La salud de un deportista está por encima de todo. Si algún día desafortunadamente ocurre algún accidente, cualquier abogado lo tendría fácil ante tanta torpeza e incumplimiento del reglamento. Pero, claro, como siempre, todo tiene que cambiar después de una desgracia.