Según recoge el prestigioso medio Boxingscene, las comisiones de boxeo de Estados Unidos han emitido un comunicado en el que se hacen eco de un asunto aparecido en los últimos días en algunos medios americanos, relativo a un turbio asunto de sobornos donde estaría implicada la WBA.

Dichas comisiones han advertido que, de confirmarse judicialmente las acusaciones, la WBA no sería bienvenida en territorio estadounidense.

Los rumores, documentados exhaustivamente, hablan de sobornos continuados por parte de algunas personas al citado organismo. Se nombran pruebas contra el promotor Greg Cohen, que logró que Jarrell Miller, Austin Trout y Rob Brant avanzasen dentro de la jerarquía WBA y disputasen títulos por encima de deportistas con mucha mejor trayectoria y capacidad.

A través de una tercera compañía (Sports Consulting Services), Cohen habría realizado supuestamente varios pagos hacia la empresa de Gilberto Mendoza para ver a sus boxeadores beneficiados por encima de otros. La descripción de Cohen sobre SCS fue que es «un lobby que ayuda a mejorar la reputación de ciertos púgiles o agentes, en el que me he basado para que los organismos clasifiquen mejor a mis representados».

Según investigaciones llevadas a cabo por el prestigioso medio BoxingScene, la propiedad de SCS apunta hacia Florida, y tendría conexiones directas con la WBA. Es decir, que serían una ramificación del organismo para recibir pagos ilegales por subir en sus listas y ofrecer títulos a la carta.

La prueba concluyente es que Alfredo Mendoza, hijo de Gilberto, aparece con un cargo en Sports Consulting Services. Curiosamente, en la guerra cruda que tuvo Yordenis Ugás contra la WBA hace unos meses por su título de campeón y la defensa que le querían obligar a hacer, todo se calmó tras una reunión del cubano con Mendoza Jr. Los medios vendimos el Ugás-Spence como algo positivo ignorando, entonces, el apaño interno que pudo llevar a ese misterioso cambio de actitud de Ugás.

Retomando a Greg Cohen, citó también en los interrogatorios a Ricardo Rizzo como alguien que usaba, en paralelo a SCS, para que sus representados estuvieran bien situados en listas mundiales. Recordemos que su mujer y jueza WBA, Gloria M. Rizzo, se hizo famosa por una demencial puntuación en el título WBA entre Gabriel Maestre y Mykal Fox, a lo que luego se añadió un amplio historial de comentarios racistas. Parece ser que hay registrados pagos del promotor Cohen al Sr. Rizzo disfrazados de préstamos, obviamente nunca repuestos, cuyo objetivo era claro e ilegal, logros deportivos opacos para los suyos.

Todo esto explicaría por ejemplo, que el rumano Bogdan Dinu apareciera de la nada, en un momento dado, hace poco más de un año como el número dos del peso pesado WBA, por delante de Oleksandr Usyk, Joe Joyce, Deontay Wilder, Joseph Parker, Andy Ruiz y muchos más púgiles de primer nivel mundial.

O que Sergio García descendiese en las listas superwélter tras ganar un título de Europa meritorio mientras otros púgiles españoles subieran y adelantasen al cántabro en plena inactividad. Y así, mil hechos más carentes de lógica deportiva que ahora podrían tener una explicación lógica; fraudulenta, pero lógica.