José Manuel Moreno
@josemorenoco

Después de más de 17 años de boxeador profesional en activo, el argentino Sergio «Maravilla » Martínez se retira. Lo ha hecho humildemente, a través de su cuenta de Twitter. Cuando Sergio, con 26 años, recaló casi por casualidad en Madrid, era simplemente un aprendiz que apenas si tenía dónde caerse muerto. Tras un sinfín de cuitas personales, debutó en España en el Palau Blau Grana con victoria ante el colombiano Álvaro Moreno.
Conoció a Ricardo Sánchez Atocha, figura capital para el argentino humana y deportivamente. Poco después peleó en Manchester ante Richard Williams. Por entonces solo arrastraba la derrota ante un novel Antonio Margarito en siete asaltos en 2000. Un combate «lo cambió todo » en confesión de Sergio. Fue ante Alex Bunema en octubre de 2008 en Temecula, California. Ese día cambió su vida y su carrera. Maravilló a los americanos y eso en cualquier deporte pero especialmente en el boxeo es como tocar la gloria.

Poco antes empezó su trayectoria con los hermanos Sarmiento, Gabriel y Pablo. Se estaba armando, quizás sin saberlo, el mejor Team de boxeo del mundo. En febrero de 2009 conoció a Don King y su peculiar carácter y también la doble injusticia de su combate nulo ante el puertorriqueño Kermit Cintrón. A finales de 2009 perdió injustamente ante Paul Williams pero se ganó definitivamente el favor de la crítica y el público americano. Y el 17 de abril de 2010, su gran momento de gloria. Victoria brillantísima ante un top 3 mundial, el americano Kelly Pavlik. ¡Campeón del mundo del peso medio! Ya era reconocido como una estrella mundial, a sus 35 años.

Su boxeo era un soplo de aire fresco en el monótono ambiente del boxeo internacional. Su desparpajo y carisma fuera de los cuadriláteros le hicieron merecedor de programas y entrevistas en los principales medios de comunicación de España y Argentina, sus dos países. Victoria en dos asaltos en la revancha ante Paul Williams. La Bomba. Empezó, al fin, a ganar cifras de seis ceros. Nuevas victorias ante Dzinziruk, Barker, Macklin. Su estilo de boxear, su guardia baja, su pegada, parecíamos estar ante un boxeador de los años 60. En 2012 aplastó a Julio César Chavez, que le estuvo provocando y rehuyendo mucho tiempo. Y en abril de 2013, la gloria. Al fin era profeta en su tierra metiendo a 40.000 compatriotas en una lluviosa velada en el estadio del Velez Sarsfield. Ganó la pelea pero perdió la batalla ante las lesiones y el paso del tiempo. Sólo le ha sobrado el combate ante Miguel Cotto de junio de 2014 en el Madison Square Garden. Hasta en eso fue fiel a la tradición del boxeo. Con 40 años se retira el boxeador imprescindible para entender el buen boxeo de todos los tiempos. Comienza la era del más importante promotor de España y pronto esperamos de Europa. Loor a Maravilla.