En estos momentos de nula actividad deportiva, vamos a recuperar algunas entrevistas de hace años que se publicaron en Espabox y que con el paso del tiempo pueden resultar interesantes para el lector. En esta con la que comenzamos, de 2000, hace 20 años, entrevistábamos al peso pesado español Hovik Keuchkerian tras la primera y única derrota de su carrera.


Jesús Jiménez

Levantó una expectación inusitada en su ingreso en el boxeo profesional. Sus combates se resolvían en minutos, muy pocos minutos. El producto Hovik se perfilaba como número uno en ventas. Las manos de un desconocido francés cortaron de raiz este fenómeno. Después de casi un año en el ostracismo, el púgil que pudo revolucionar el boxeo español se explica. Desde el principio.
“Nací en Beirut hace 27 años. Mi padre es armenio. Cuando tenía 3 años empezó la guerra y nos vinimos a Madrid. Tras practicar varios deportes conocí a Antonio G. Matías que me inició en el boxeo en enero del 97. Cuatro meses después era campeón de España amateur, tras cuatro peleas en neoprofesional, en Enero de 1999 fui a EEUU donde conocí a Angelo Dundee que me hizo ver que tenía muchas cosas que pulir pero que tenía potencial, rapidez, y coordinación para llegar lejos”.

Tras esta visita, el debut, la propaganda, el peso pesado blanco, coordinado, carismático, que da una nueva imagen de inteligencia al estereotipo de boxeador. Fue una propaganda desmesurada que yo acepté bien debido a mi inexperiencia. Mi autoconfianza me hizo soñar antes de tiempo. Los rivales caían y uno sueña y se cree cosas que no son. Yo creía que era indestructible. No te das cuenta de las cosas que haces mal, que no entrenas en condiciones, que no haces guantes…”  

En sus inicios Hovik era un peso pesado pequeño –96 kgs-; “estaba equivocado, para llegar al mejor nivel necesito 106 Kgs, así podré aguantar mejor el castigo sin perder excesiva movilidad y rapidez. Los rivales me tendrán un respeto distinto porque condiciones tengo para llegar muy alto”. 

Tras unos combates iniciales en los que noqueó a los eslovacos de turno, llegó Thierry Guezouli, un francés sin nombre ni palmarés del que no sabía absolutamente nada, nadie me puso un video suyo, ni siquiera me dijeron que era zurdo, subí al ring cansado, sin haber hecho guantes…”. Este combate “Puso muchas cosas en su sitio. Me ganó porque dios era francés y por mi inexperiencia para rematarle. Tras el combate, todo se me vino abajo, lloré como un niño, tuve una tremenda depresión. Esta derrota me enseñó lo que es el boxeo, hacer un trabajo y pensar. No por tener mejores condiciones que tu rival vas a ganar, hay que ser mentalmente más fuerte y me confirmó lo que ya sabía, que no hay que creerse lo que dicen de ti los periódicos porque el que va hacia arriba eres tú.”

Vemos en él un tono de rebeldía .“He visto que la gente tiene mucha envidia, habla sin saber. Cuando perdí, mucha gente me dio la espalda, noté desconfianza entre quiénes habían estado a mi lado, me aparté de la primera línea y he querido reconstruir mi carrera otra vez de cero, hacerme como boxeador, sin televisión, de ahí las dos peleas que hice después en Malagón y Ciudad Real, donde hice mi mejor pelea de profesional ganando por KOT en el 5º asalto después de que el rival me tumbara en el primer asalto”. 

En este camino vuelve a América donde, por medio de Jerry Colton, conoce al que hoy es su entrenador, Rocky Fratto, pero la distancia es un problema para un entrenamiento continuado: Me entreno sólo, no soy de los que van al gimnasio sólo para que otro le diga lo que debe hacer, ya lo sé hacer yo”.

Iba a reaparecer en Madrid, contra Marcelo Ferreira al que ya noqueó de amateur, pero un pequeño accidente doméstico se lo impidió. Parte de la afición no lo entendió y circularon rumores acerca de una pelea callejera… que no me importan en absoluto, tuve un accidente que me impedía pelear; además tengo una lesión en el nudillo que me preocupa. Los comentarios de quien no me conoce no me afectan”. 

Madison, la promotora que de la mano de Juan Rueda y Jaime Ugarte ha irrumpido –no sin cierta polémica- en el panorama nacional, se acercó a Hovik. La única condición que éste puso parece básica: “Ponme gente para hacer guantes”, algo que con Ricardo Sánchez Atocha nunca consiguió. No obstante, “Yo no he firmado nada, nadie tendrá nunca a Hovik en exclusiva”. 

Para Hovik con Madison, hemos visto el único boxeo que se ha visto en Madrid últimamente. Las peleas del 24 de marzo Guerrero-Girouard, Calvo-Abouda y Sendra-Rubes han sido disputadas y boxeo de verdad”.

En el panorama nacional no ve rival “a Eduardo Fernández le pongo patas arriba en el primer asalto. Ferreira y Marcos Llorente son de lo mejor que hay. Internacionalmente me gustan Holyfield y Axel Schulz, que aunque no pegaba era un gran boxeador. Dentro del boxeo español destaco a Manolo Calvo, que tiene que ser campeón de Europa, se lo merece, es un clásico, y a José María Guerrero. Entre los nuevos me gusta Miguel Mallón y Aspirina Pérez, dos chavales que son muy buena gente”.

¿Y Hovik? “A lo más alto, el día que me conforme con ser campeón de España me retiro. No obstante, ese momento tendrá que esperar porque lo que voy a hacer es tomarme un descanso, tengo que curar el nudillo y además tengo unos asuntos personales que resolver. Cuando recupere la motivación de siempre, volveré a los rings, si puedo en América, y luego cerraré muchas bocas”.

 

Posteriormente Hovik Keuchkerian conseguiría dos títulos de España y se retiraría en 2004.