José Carlos Sanz

El boxeo es una disciplina deportiva que encuentra sus orígenes muchos años atrás en nuestra historia. Concretamente, ya era un deporte altamente popular antes de que fuera incluido en los Juegos Olímpicos (1904). Categorización que a menudo se utiliza para enmarcar la importancia inherente de la disciplina. La primera codificación de las normas de los enfrentamientos se remonta a 1743, pero ya se practicaba en la Antigua Roma y Grecia.

En cuanto a los tiempos modernos, el primer enfrentamiento documentado data del 1681, cuando el Duque de Albemarle organizó un combate entre su carnicero y su mayordomo; todo quedaba en casa. ¿Por qué hacemos referencia a esta efeméride? Para ver hasta qué punto son profundas las raíces del boxeo, y para entender la gran cantidad de detalles históricos, pretéritos y curiosos que vale la pena que sean explicados.

Independientemente de su fama internacional, el boxeo también tiene un gran arraigo dentro de nuestro país. Existe una gran estructura informativa que se encarga de mantener a los seguidores de esta disciplina al día. Podemos topar con portales que destacan las noticias de actualidad -como es el caso de nuestra web- hasta dominios que basan su contenido en predicciones analíticas similares a las que se pueden encontrar en las casas de apuestas. Anteponerse a un combate y establecer un hipotético ganador es algo que siempre ha acompañado a este deporte. Con relación a nuestro territorio, el boxeo encuentra sus orígenes en la ciudad de Barcelona a finales del siglo XIX, cuando el profesor Bergé comenzó a transmitir sus conocimientos a sus aprendices.

Después de analizar los orígenes del boxeo y los primeros combates que tuvieron lugar, hay que plantearse otra pregunta: ¿Cuál fue el combate que más personas ha reunido a lo largo de la historia? Pues hoy obtendréis la respuesta a esta cuestión.
El combate que marcó dicho récord tuvo lugar el 20 de febrero de 1993, cuando Julio César Chávez se enfrentó al estadounidense Greg Haugen. Al duelo, que se celebró en el Estadio Azteca de Ciudad de México, asistieron nada más y nada menos que 132.274 espectadores, una cifra que marcó el Récord Guinness de máxima afluencia en relación al boxeo. La figura mexicana puso en disputa su Campeonato Mundial del peso superligero del Consejo Mundial de Boxeo.

El enfrentamiento entre los dos púgiles tuvo una previa muy caliente, en la que los dos no se cansaron de tirarse improperios mutuamente. El mexicano se presentaba al duelo con una cifra espectacular de victorias: 84 peleas sin entrar en contacto con la derrota. Haugen argumentaba que sus rivales habían sido boxeadores de poco nivel y que este dato se justificaba en este hecho.

El promotor del púgil Don King fue el encargado de organizar la pelea, con 12 rounds pactados. Chávez, desde el minuto cero, ya explicitó su voracidad, y no dejó nada al azar en un duelo donde finalmente acabó imponiéndose. En el hipotético caso de que el boxeador no estuviese suficientemente inspirado y motivado por el hecho de luchar en su propio país, el músico Manuel Mijares fue el encargado de amenizar la previa, entonando el himno nacional.

Obviamente, el mexicano lo tuvo todo de cara; la parroquia de fieles que llenaba el Azteca no cesó en su empresa de animar de manera ininterrumpida. Todo estaba preparado para que acabase con final feliz.
Curiosamente, su rival apareció sobre el ring con otra canción: “Born in the USA”, de Bruce Springsteen, una lucha musical que también dejaba entrever el amor que ambos profesaban por sus raíces. El boxeador estadounidense también pudo ver cómo en primera fila lo observaba un joven Mike Tyson que no quiso perderse la efeméride.

Haugen se vio desubicado constantemente sobre el ring, incapaz de seguir el ritmo de su rival. Chávez fue una máquina de proferir golpes contra su rival: izquierda-derecha-izquierda-derecha. Contra esto no existe ni existirá defensa posible. En el tercer asalto ya se veía que el mexicano lograría apoderarse de la victoria, y su rival intentaba aguantar el tiempo mayor posible sobre el ring intentando postergar lo inevitable: su derrota.

El quinto asalto fue el definitivo: Chávez certificó una victoria que llevaba ya tiempo escrita -su rival había caído tres veces sobre el ring- y el árbitro ya intervino para dar por finalizada la pelea. Victoria por Knock Out. El chicano alzó su puño al cielo de su país y la gente enloqueció, solo podían extraerse dos palabras de los cánticos de sus seguidores: «Chávez, Chávez, México, México».

Chávez se consolidó como héroe nacional y lo hizo en un templo majestuoso: el Estadio Azteca. El coliseo centroamericano es popular por los partidos de fútbol que tienen lugar sobre su césped. Se inauguró en 1966 y tiene una capacidad total de 87.000 espectadores.

Obviamente, el recinto puede ser adaptado para practicar otras disciplinas deportivas, como es el caso del combate de boxeo al que hemos hecho referencia.

En 1967, por ejemplo, también tuvo lugar un combate donde participaron los pugilistas mexicanos Vicente Saldívar, Jesús Castillo y Rubén «Púas» Olivares. Asistieron 40.000 espectadores. En el de 1993 asistieron 132.274, volvemos a repetir la cifra para ponerlo en perspectiva; monstruoso.

En el Azteca también han tenido lugar partidos de fútbol americano, partidos internacionales de selecciones y también duelos de la Copa Libertadores y de Copa Sudamericana. Cuando el estadio fue inaugurado cabían 110.000 personas, y su capacidad se fue reduciendo con las sucesivas reformas que ha ido teniendo lugar. La más severa tuvo lugar en 2016, cuando el estadio pasó de 103.000 espectadores a los actuales 87.000. Con todo el mundo sentado sobre su butaca, la cifra total de capacidad ha disminuido exponencialmente.

El «César del boxeo» todavía recuerda aquella fecha con estima, y en marzo pasado publicó un vídeo en sus redes sociales donde se podía ver el momento en que noquea a su rival. Una historia magnífica que ha ayudado -aunque sea de manera anecdótica- a configurar la identidad nacional de un país.

Una noche que ayudó a poner sobre el mapa mundial el boxeo mexicano y que supuso todo un Récord Guinness. El boxeo no deja de crecer y estas efemérides nos ayudan a coger perspectiva de su trayectoria; un deporte histórico que aún no ha dicho su última palabra en cuanto a seguimiento y espectacularidad.