Darío Pérez
@Ringsider2020

El WBO minimosca fue el único título mundial de la velada de Fresno, organizada por Matchroom Boxing esta madrugada.

El campeón Elwin Soto (19-2, 13 KO) cedió su condición al aspirante Jonathan González (25-3-1, 14 KO). La pulga mexicana, favorito a priori, buscó imponer su boxeo de entrada y salida para tratar de mantener el cinturón, pero se encontró buena oposición por parte de González, que resultó competitivo en todo momento. El portorriqueño presentaba resistencia y, con su experiencia amateur y profesional, incomodó mucho a Soto con su guardia cerrada y rápidos desplazamientos, igualando previsiblemente las cartulinas hacia la mitad del combate. El juez sobre el tapiz, como fue tónica en la noche, tuvo una mala actuación, lento y lejos de las acciones, no parando las irregularidades de ambos púgiles y ofreciendo monólogos sobre el ring en lugar de mostrarse efectivo. González desquició al campeón haciéndole fallar muchas manos, practicando un boxeo elusivo y con mayor eficacia que el mexicano a la hora de seleccionar el ataque. Las peligrosas y potentísimas manos de Soto golpeaban al aire una y otra vez, y, si bien el insular no era pródigo en el lanzamiento de ataques, sí que pegaba con dureza en ocasiones y ofrecía un estilo de reminiscencias amateur que le parecía dar ventaja entrando en los dos o tres últimos rounds. Se consumieron los doce, y los jueces tenían que decidir; así lo hicieron, con puntuaciones divididas de 116-112 para Soto y doble 116-112, que compartimos, en favor de González.

En la categoría mosca, Jesse Rodríguez (14-0, 10 KO) y José Alejandro Burgos (18-5-1, 15 KO) midieron sus capacidades a diez asaltos. Fue una exhibición de Rodríguez, que buscaba asegurar prácticamente una oportunidad mundial, y lo hizo con un arsenal de golpes en múltiples trayectorias que fueron desarbolando a Burgos poco a poco hasta llegar al cuarto asalto, donde acabó con su rival tras una primera caída; el árbitro dejó continuar a un maltrecho y desorientado Burgos para dilatar lo inevitable y solo lograr mayor castigo para el bravo mexicano.

Abrió la parte televisada de la gala, dentro del peso ligero, el australiano Brock Jarvis (20-0, 18 KO) se enfrentó al mexicano Alejandro Frías (13-5-2, 6 KO), una pelea que pudo tornarse en sorpresa si el árbitro hubiera actuado con diligencia en el segundo asalto, cuando el nuevo fichaje de Matchroom estuvo al borde de ser noqueado y ganó tiempo por las malas mañas del tercer hombre, pasivo en exceso y no contándole cuando cayó en las cuerdas. El nefasto señor de camisa, sin embargo, paró la pelea en el quinto episodio cuando el azteca no pasaba los apuros que había padecido Jarvis en el segundo.