Darío Pérez
@ringsider2020

Buena velada la que hemos visto la pasada madrugada en Verona, Nueva York, con el título mundial WBO semipesado de Joe Smith Jr. (28-3, 22 KO) ante un aspirante de última hora, Steve Geffrard (18-3, 12 KO) que propició un espectáculo mejor que el previsto. Bob Arum fue el organizador de la gala mediante su empresa Top Rank.

Smith salió determinado a que la pelea no pasase del primer asalto tras la campana inicial, yendo hacia el aspirante con ráfagas de golpes iniciales que no dañaron demasiado a Geffrard, muy cerrado de guardia para ser capaz de aguantar estos arreones de bienvenida. Y lo consiguió, porque bien por la ineficacia del campeón o por una eficiente defensa (probablemente, una mezcla de ambas) los dos primeros parciales no fueron excesivamente dañinos para el retador.

Este, sin embargo, ya sufrió bastante en el tercer round tras un croché que recibió con nitidez, acompañado de otros golpes similares y manos en las zonas blandas del tronco para cerrar esos tres minutos que ya mostraron la diferencia de nivel entre ambos deportistas.

Sabía Geffrard, que se encontró con esta oportunidad cuando nadie lo habría esperado, que ciertos trenes pasan solo una vez en la vida, y mostró gran capacidad de recuperación, asumiendo incluso el rol de agresor en bastantes momentos del cuarto y quinto episodios de los doce pactados. Este hecho no impedía que, cuando Smith lograba impactar con nitidez en el rostro del duro oponente, sufriendo el de Florida en momentos finales del quinto y sexto capítulos, si bien es cierto que en este último tras golpe a la zona de la coquilla por parte del local.

Comenzaba la segunda mitad del pleito con tendencia similar. Tengamos en cuenta, además de la diferencia de nivel, el rodaje que tienen uno u otro en los últimos tiempos, las posibilidades económicas y deportivas de tener una gran promotora detrás o no y el hecho de haber sido avisado para el combate con diez días de antelación, para mostrarnos indulgentes e incluso tendentes a loar el rendimiento de Steve Geffrard. El castigo de un atleta de élite, con semanas de preparación para un contrincante superior de nivel, se iba acumulando y hacía sucumbir la tolerancia al dolor y el cansancio del valiente púgil de raza negra. Por todo ello, nada se le puede achacar al aspirante cuando, en el inicio del noveno round, con Smith metiendo otra marcha más en la enésima andanada de golpes, pusiera rodilla en tierra, ya muy mermado tras veinticinco minutos de batalla. Una mirada perdida, intentos de seguir por el corazón de guerrero y el piloto automático de un cerebro aún aturdido por los últimos golpes en la sien, aguantaron la cuenta de diez impertérritos para poner fin a una pelea en la que Smith tuvo más tiempo de rodaje del previsto, alguna herida bélica inesperada y una primera defensa mundial exitosa. Geffrard hizo lo que pudo y más, irreprochable e indeleble su nombre para el aficionado medio a partir de este sábado noche.

Smith pidió a Artur Beterbiev como próximo rival para unificar cinturones, pelea que podría ser relativamente fácil de cerrar al haber peleado los dos en un periodo de varias semanas y pertenecer a Top Rank.

En el semifondo, Abraham Nova (21-0, 14 KO) venció en el octavo asalto por abandono desde la esquina a un resistente William Encarnación (19-2, 15 KO) dentro del peso superpluma. Ojo a este nombre para grandes citas en la segunda parte del año.