Daniel Pi
@BastionBoxeo

El campeón mundial WBA, WBC e IBF del peso medio, número 1 de la categoría y top 3 de todos los pesos Gennady Golovkin (37-0-1, 33 KO) vuelve a los rings este sábado, ocho meses después de su controvertido empate ante Saúl “Canelo” Álvarez, precisamente el boxeador al que se debería haber enfrentado este 5 de mayo si un positivo en control antidopaje del mexicano no hubiese truncado los planes.

Obviamente, habiéndose visto cancelado uno de las mayores duelos del año y queriendo mantener Golovkin la misma fecha para subirse a un ring ante otro oponente, cualquier rival de sustitución que se hubiese elegido a falta de sólo unas semanas para la realización de la pugna habría resultado probablemente insatisfactorio. Pero lo cierto es que la elección de Tom Loeffler y los demás miembros del equipo que dirige la carrera del kazajo ha sido nefasta, ya que han optado por una solución que es de las peores posibles sobre el papel y que sitúa a su boxeador en una situación de perder o perder.

Este adversario, al que se medirá en el StubHub Center de Carson (Estados Unidos), no será otro que el exretador mundial Vanes Martirosyan (36-3-1, 21 KO), púgil que, sopesándose complejidad y ganancia potencial, ofrece el peor de los equilibrios. Primeramente, se debe mencionar que éste es un peso superwélter que jamás se ha medido a un oponente de nivel en el peso medio. Aun así, y aunque Golovkin está recibiendo durísimos reproches por hacer subir de categoría a su adversario, la verdad es que Martirosyan es un boxeador grande para el peso superwélter, que sufría mucho para dar los 69,9 kg y que es más alto que “GGG”, dado que mide 1,82 m por el 1,78 m del campeón. Así, aunque en teoría se ve como una elección para dar facilidades a Golovkin, al titular no le supondrá una ventaja física crucial.

Por otro lado, no se deja de repetir que en más de tres años y medio, Martirosyan sólo ha realizado una única pelea, la que perdió ante Erislandy Lara en mayo de 2016, de modo que entrará al ring con una inactividad de dos años y llegando de una derrota. Sin embargo, Martirosyan es un boxeador que se mantiene en forma a pesar de la falta de ring y que siempre ofrece peleas contendidas, sirviendo de ejemplo el cuestionable empate logrado en el primer cruce ante Lara, la polémica derrota dividida padecida ante Demetrius Andrade o el ajustadísimo tropiezo sufrido ante Jermell Charlo, que muchos consideraron un empate o una victoria del armenio-estadounidense.

Resumiendo, aunque muchos consideran que Golovkin se ha aprovechado de su posición de prestigio para lucirse ante un púgil más ligero, sin rodaje y con múltiples derrotas, también es cierto que el kazajo se mide a un rival más alto que él, en buen estado de forma, con tremendo encaje y que ha ofrecido peleas complicadísimas a todos y cada uno de los boxeadores de la élite a los que se ha medido, sumándose desfavorables veredictos con mala fortuna.

Son estos los motivos por los que Golovkin se encuentra en este enfrentamiento en una posición muy desfavorable. Si vence, se dirá que su victoria carece de mérito, pero si no consigue imponerse con abrumadora solvencia, algo difícil ante un púgil tan sólido y experimentado, se le criticará con extrema dureza. Asimismo, si no consigue llenar el StubHub Center, objetivo complicado de culminar teniendo en cuenta el poco tiempo para la promoción y el relativo relieve de Martirosyan, sus detractores afirmarán que no es lo suficientemente reconocido entre el gran público, sirviendo las malas cifras de asistencia y audiencia para que sus rivales sigan justificando en las negociaciones inadecuados repartos económicos.

Finalmente, de entre los múltiples puntos desfavorables que esta pugna le podría reportar, una victoria no lo suficientemente contundente servirá para que se argumente que el deterioro de su rendimiento sigue agravándose, siguiendo la línea descendente trazada en los duelos ante Brook, Jacobs y “Canelo”. Así, una multitud de boxeadores que lo han evitado a toda costa durante años o meses se le lanzarán encima con la moral altísima, buscando ser quien le dé una estocada final, le arrebate su récord invicto y corte su fantástica racha, que le ha llevado hasta la cumbre del boxeo.

En cuanto al desarrollo de la pugna, Martirosyan es un boxeador que posee un gran uso de los golpes rectos, que son potentes y muy precisos, de modo que será difícil que no le haga pagar un considerable precio en su avance a Golovkin. Con todo, es de esperar que la contundencia de “GGG”, su inamovible presión y sus temibles manos de poder sean demasiado para un Martirosyan que no es excesivamente dinámico y que podría sucumbir si se le ataca con un sostenido golpeo al torso, algo que podría servir a Golovkin para contestar a quienes piensan, tras su actuación ante Álvarez, que sus ofensivas al cuerpo no son lo suficientemente efectivas.

Marcando el límite de la división del peso medio, 72,600 kg, Gennady Golovkin superó sin dificultades su paso por la báscula, dando el retador Martirosyan 72,400 kg.