Daniel Pi
@Bastionboxeo

Es común y razonable que en su primera defensa voluntaria un monarca no se mida al mejor retador posible, más aun cuando se ha tenido que recuperar de una lesión en la mano que le ha obligado a pasar por el quirófano y a estar un año inactivo. De todos modos, el encuentro que disputará el titular WBO del peso supermedio Gilberto Ramírez (34-0, 24 KO) ante Max Bursak (33-4-1, 15 KO) parece estar totalmente decantado del lado del mexicano, tanto que se llegan a pagar 17 euros por la victoria del retador y un céntimo por la del monarca.

Exceptuando su enfrentamiento ante Maxim Vlasov, Ramírez ha dominado con enorme solvencia prácticamente todas sus peleas, incluida la que le coronó ante Arthur Abraham, campeón en dos divisiones y con una veintena de peleas mundiales pero que no fue rival en absoluto para el invicto “Zurdo”. Este espigado boxeador de 1,89m de altura y 1,91m de alcance posee una gran habilidad para desplazarse por el ring sin perder el orden táctico y para imponer con elevada frecuencia su mejor ataque, el uno-dos-hook, por lo que, a pesar de la sencillez aparente de su boxeo, resulta una amenaza para cualquier rival.

En cuanto a Bursak, su oponente este sábado, si bien llegó a ser campeón de Europa y anteriormente había tenido una buena racha, hace mucho tiempo que pasa por una cierta crisis de resultados. Y es que, desde que venció por la mínima a Nick Blackwell (que incluso lo derribó) en septiembre de 2013, el ucraniano no ha vuelto a sumar una victoria destacable, cayendo ante Jarrod Fletcher, ante Martin Murray ampliamente y, por último, ante el australiano Zac Dunn, aunque con cierta polémica. En cambio, sus victorias han llegado ante púgiles muy modestos, ante los cuales, igualmente, no mostró ni el mejor ritmo combativo, propio de su agresivo estilo, ni destreza defensiva.

Así, aunque la falta de ring y la convalecencia pueden haberse cobrado un precio en el rendimiento del campeón, Ramírez no debería tener problemas para deshacerse de Bursak que, del mismo modo, no pisa un cuadrilátero en más de un año. Dado que el retador genera bastantes facilidades con su avance frontal, Ramírez debería poder hacer valer su ventaja física para anotar sin problemas sus directos y controlar desde la distancia larga a su contrincante, que sólo tendrá posibilidades si se muestra muy tenaz, se mantiene en la distancia corta o media-corta y usa sus poderosos ganchos al cuerpo, algo que parece improbable teniendo en cuenta la habilidad del mexicano con el boxeo dinámico.

Precisamente, este mismo sábado se producirá también la eliminatoria WBO del peso supermedio entre Arthur Abraham y Robin Krasniqi para decidir al próximo retador oficial del monarca. Con todo, Bob Arum asegura que, si Ramírez sale con el brazo en alto ante Bursak, conseguirá que en su próxima subida a un ring se mida al número 1 del ranking Jesse Hart (perteneciente a la escuadra de Top Rank), considerando el veterano promotor también plausible un enfrentamiento ante Gennady Golovkin si éste no logra pactar un choque ante “Canelo”.