Carlos Utrilla
@CJBoxing

El sábado por la noche el Manchester Arena, y las aproximadamente 21.000 personas que puede albergar para una velada de boxeo, asistirán a una de las peleas más esperadas del boxeo británico de los últimos tiempos. Scott Quigg (31-0-2) y Carl Frampton (21-0) se juegan la supremacía de las Islas en el peso supergallo y dos títulos mundiales: el de la WBA que posee Quigg (organismo que echó una mano apartando a Rigondeaux, verdadero campeón) y el de la IBF, en poder de Frampton.

“1,5 millones de razones para que la pelea suceda”
La pelea se llevaba cocinando bastante tiempo. Dos púgiles invictos, en una escena pugilística británica al alza, un público enfervorizado y cada vez más numeroso o una televisión (Sky Sports) que realiza importantes aportes de dinero y que está generalizando los eventos en PPV, suponen demasiados factores para que el combate acabara cristalizando. Los rumores y conversaciones, para “ida y vuelta” o un combate solo, han sido constantes desde hace año y medio.

Todo ello desembocó en una imagen que dio la vuelta al mundo: Scott Quigg ofrecía, en Abril de 2015, un cheque por valor de 1,5 millones de libras esterlinas (casi dos millones de euros) a Frampton para que el enfrentamiento tuviera lugar el verano pasado. El de Belfast, con la mente en debutar en USA de la mano del poderoso Al Haymon, se opuso al reto en un primer momento.

Sin embargo, a principios de Noviembre los dos equipos, Matchroom Boxing (Eddie Hearn) y Cyclone Promotions (Barry McGuigan), representantes respectivamente de inglés y norirlandés, anunciaban el acuerdo: el 27 de Febrero de 2016 ardería Manchester, lugar de residencia de Quigg.

Las cifras que han salido a la luz, deslumbrantes:

  • Carl Frampton se embolsará 1.5 millones de libras (1.89 millones de euros)
  • Scott Quigg cobrará 500.000 libras (algo más de 630.000 euros) y un porcentaje del PPV si se cumplen unos objetivos mínimos

El grueso de las entradas a la venta, que salieron el día 20 de Noviembre, duraron 10 minutos. No ha hecho falta ni presentar un undercard de nivel; los seguidores del boxeo británico pueden estar interesados por ver a prospectos como Charlie Edwards, Ryan Burnett o algún duelo interesante como el Isaac Lowe vs Marco McCullough (Commonwealth pluma) y Hosea Burton vs Miles Shinkwin, este último por el emblemático título británico en juego.

Carl Frampton, favorito
Las apuestas siempre han favorecido al púgil entrenado por Shane McGuigan (hijo de Barry). De hecho, la pelea se consideró durante mucho tiempo como desequilibrada, con un Frampton contemplado como poco menos que invencible y un Scott Quigg cuyo nivel mundial era puesto en duda.

Desde que en Junio de 2012 consiguiera una porción del título WBA, frente al veterano Rendall Munroe, las voces se alzaron contra el de Manchester por sus defensas frente a hombres que no ocupaban los principales puestos de las listas. Tampoco la suerte fue su aliada, pues en el último momento se cayeron un par de peleas de cierta importancia y se tuvo que buscar con rapidez a los sustitutos. Todo cambiaría en Julio pasado, cuando Quigg ganara en tan solo dos rounds a Kiko Martínez, lo que trajo consigo el definitivo reconocimiento.

Por su parte, Carl Frampton, que también ha derrotado dos veces al español, en ese mismo mes de Julio sembraba las dudas en su debut estadounidense. Cierto es que se sobrepuso a dos caídas en el primer round y luego dominó con solvencia al mexicano “La Cobrita” González Jr, pero su actuación no convenció demasiado. Sinceramente, no fue mala, pero todos esperaban más.

Lo acaecido en aquel mes y que el combate se desarrolle en el feudo fetiche de Quigg, ha estrechado las cuotas de apuestas aunque Frampton todavía sea considerado favorito con cierto margen. El norirlandés es un hombre inteligente, bastante técnico pero que no se achica en los intercambios, con mucha movilidad y que cuenta con pegada para la categoría.

Quigg, por su parte, también dispone de pegada (podría tildarse de especialista en el golpeo al cuerpo) y presenta una mayor envergadura que su rival. Joe Gallagher, en la esquina, sabe lo que hace y ha sido capaz de sacar varios registros de su peleador, incluso en un mismo combate, como el que disputó contra el cubano Yoandris Salinas. Llevar la pelea a la media distancia debe ser el objetivo para el inglés.

Mañana sábado, con una pelea de auténtico lujo, regresa el mejor ambiente pugilístico del mundo.