La imagen del excampeón mundial Miguel Berchelt (42-3, 37 KO) tras vencer a Edixon Pérez (30-14-1, 24 KO) el pasado sábado en Reynosa (México), generó una enorme confusión entre los aficionados, al no estar anunciada la disputa de ningún cinturón internacional en un combate teóricamente de rodaje para «El Alacrán». «El Cabezón» Pérez, de 33 años, y oriundo de Venezuela, presenta un discreto récord, propio de un digno jornalero del cuadrilátero, que ha dado la cara en Rusia, Francia o Polonia. Y además, Pérez no está clasificado en las listas mundiales del WBC, y ha perdido cinco de sus últimas ocho peleas. Su última victoria se produjo en uno de los desigualados combates que se autorizan en Venezuela, y que aprovechan boxeadores con más experiencia para presentarse con una última victoria que les permita optar a ser rivales de perfecta elección para púgiles con aspiraciones internacionales. En el caso de Pérez, el pasado 28 de junio venció en tres asaltos al también venezolano Ricardo Acuña, que se presentó con una sola derrota como bagaje en el campo profesional.

Como era de esperar, Berchelt derrotó a Pérez al abandonar el venezolano antes de que se iniciase el octavo round, después de recibir un castigo progresivo. «El Alacrán» reapareció en su debut en el peso ligero después de casi un año de inactividad, con la intención de asaltar un título mundial en dicha categoría, a la espera de que el campeón del WBC, Shakur Stevenson, ponga en juego la corona.

Por el momento, Berchelt no está clasificado en las listas del WBC, pero predeciblemente aparecerá en la próxima actualización, que le permitirá ocupar un lugar privilegiado en caso de que la corona quede vacante. El WBC es más que una institución deportiva en México, donde tiene una estrecha relación con la política. Los boxeadores mexicanos gozan de un notable privilegio en las clasificaciones de un organismo afincado en el país azteca.

El resto del mundo tuvo que contemplar cómo se entrega un cinturón gigante con un diseño similar al de campeón del mundo en un combate que no amerita dicho premio. Desde el WBC se clarificó que se trataba del cinturón denominado «WBC Reynosa», para conmemorar que la pelea se celebraba en dicha ciudad mexicana. El cinturón fue entregado por el alcalde de la localidad y el presidente del WBC, Mauricio Sulaiman, quien últimamente repite que su organismo es fruto de la unión para el mejor devenir del boxeo, dados su nervios por los planes monopolísticos de Dana White, que dejarían al WBC sin su parte del pastel con forma de cuadrilátero que es el boxeo profesional.

En resumen, que para liar más a los aficionados se dedican a crear más y más cinturones para que nadie entienda ni su significado ni de lo que representaba el combate en sí.