Manuel Valero
@Manu_Valero

Siguiendo el ejemplo de otros estadios de fútbol como Wembley o el Millennium Stadium de Cardiff, que este año será escenario de la final de la Champions League, el Real Madrid ha mostrado su interés por acoger un combate de primer nivel en el Santiago Bernabéu, según ha confirmado un representante de la entidad blanca al portal de noticias «Newstalk».

Ya han existido los primeros contactos para que el luchador de la UFC Conor McGregor dispute un combate en el coliseo blanco, una vez finalizada la temporada liguera. McGregor estudia otras opciones después de negarse a pelear de nuevo en el estado de Nevada, lo que le cierra las puertas de todos los grandes casinos de Las Vegas. El irlandés, que arrastra miles de aficionados a Estados Unidos en cada uno de sus combates, podría llenar los casi 100.000 asientos que se habilitarían en el Bernabéu, dada su popularidad. El AT&T Stadium de Arlington (Estados Unidos), también se ha interesado por albergar una pelea de McGregor, aunque Jerry Jones, dueño de los Dallas Cowboys, también quiere organizar el Canelo-Golovkin en 2017, tras la reciente victoria del mexicano ante Liam Smith en la cancha tejana. La amistad entre McGregor y el ariete portugués Cristiano Ronaldo, gran seguidor de los deportes de contacto, sería uno de los alicientes para traer esta pelea a Madrid. Florentino Pérez no quiere desaprovechar las ganancias que generan estos eventos una vez finalizada la competición, como ya hiciese recientemente, cediendo el estadio para un concierto de Bruce Springsteen. Una velada de estas características podría dejar en las arcas blancas cerca de diez millones de euros entradas vendidas, además del gran impacto mediático que supondría a nivel mundial. El gran escollo para que la capital de España sea sede de una pelea de boxeo o UFC reside en los contratos televisivos, que obligarían a adaptar los horarios en función de los espectadores americanos.

Coincidiendo con su centenario, el Real Madrid se interesó por organizar una pelea de boxeo, y no de UFC, entre Lennox Lewis y Mike Tyson, estando todo atado gracias a la mediación de los fallecidos José Luis Martín Berrocal y Rubén Martínez. Tyson, que no era autorizado a boxear en múltiples estados de su país, recibió finalmente una licencia en Tennessee, marchándose el combate a Memphis.