Casimero-Rigondeaux

Darío Pérez
@Ringsider2020

El combate de este fin de semana pasado por el campeonato mundial WBO gallo sigue dando que hablar.

El filipino John Riel Casimero retuvo su título por decisión dividida ante el cubano Guillermo Rigondeaux, una pelea que no pasará a la historia por lo entretenida y activa que fue, ya que hubo minutos, asaltos incluso, en los que apenas vimos desempeño ofensivo, especialmente por parte del centroamericano.

Sin embargo, las esquivas de este, al que Casimero apenas impactó durante los doce asaltos, también han provocado que muchas voces se planteen si, independientemente del aburrimiento, con el reglamento estricto a la hora de juzgar debió haber ganado Rigondeaux por colocar las mejores manos de la pelea. Lo que es indiscutible es que Casimero debió haber sido descalificado, o en el mejor de los casos quitado uno o dos puntos, tras varios «golpes de conejo» (puñetazos a la parte trasera de la cabeza) mientras su rival estaba con el rostro hacia abajo en el primer asalto. Sigan, sigan. Hasta que no ocurra una desgracia, los pésimos árbitros van a ignorar este tipo de acciones tan peligrosas para la salud de los púgiles.

Más allá de ello, queríamos recoger las declaraciones de Sean Gibbons, presidente de Manny Pacquiao Promotions y, por tanto, quien gestiona los combates que disputa Casimero. Para él, su pupilo «salió a pelear, a dar a los aficionados lo que querían, lanzar puñetazos. El árbitro hizo un pésimo trabajo, debió haber parado la pelea y ordenar luchar, y quitarle puntos (a Rigondeaux), haber hecho algo. Es una broma, un p*** chiste». Suponemos que las acciones del filipino pegando detrás de la cabeza le pillaron en el bar, o mirando sus mensajes de WhatsApp. Gibbons continúa declarando que «es el combate más vergonzoso que he visto en mis 35 años en el boxeo, y no por Casimero, sino por ese hombre (Rigondeaux). Fue horrible, no parecía una pelea, solo corría y corría».

Como dato más objetivo que hemos podido recabar, según Compubox, Casimero conectó 47 de 297 golpes durante la pelea, mientras que el criticado cubano impactó 44 de 221.