Daniel Pi
@BastionBoxeo

En el séptimo asalto las manos de Estrada volaban e impactaban contra su rival, que retrocedió. Entonces el mexicano le señaló a su contrincante que fuese al centro del ring a pelear: Wangek no avanzó.

Esta acción puntual parece un símbolo del fin del reinado de terror de Wisaksil Wangek (47-5-1, 41 KO), el boxeador que arremetía con su alma (y hasta con la cabeza) siempre y que en su primera pelea contra el formidable Román González mostró un avance tan sumamente agresivo, pero que en la revancha ante Juan Francisco “El Gallo” Estrada (39-3, 26 KO), que se produjo la pasada madrugada en el Forum de Inglewood (Estados Unidos) y que fue televisada por DAZN, se mostró mucho más comedido y fue vencido claramente por el retador, ahora nuevo campeón mundial WBC del peso supermosca y número 1 de la división con un triunfo unánime y tarjetas de 116-110 y doble 115-113.

Según la Comisión Atlética del Estado de California, en esta pelea Wangek se hizo con 450.000 euros y Estrada con 180.000.

Los rectos de Estrada comenzaron llegando en muy buena cantidad, especialmente para un round de apertura, junto a variadas combinaciones de curvos y rectos, pero Wangek fue trabajando con sus poderosos ganchos aislados al cuerpo y al rostro. Pese al afilado jab, la velocidad de manos y el mejor uso del ring de Estrada, el acierto del tailandés fue a más en el segundo, en el que impactó un fuerte gancho diestro (boxeó inicialmente como diestro) y encontró el camino para sus golpes cuando su adversario se inclinaba para esquivar.

Así, los dos primeros asaltos parecieron dibujar un igualado planteamiento general de la pugna, que oscilaba entre las buenas esquivas y los certeros contragolpes del mexicano por un lado y por el otro los temibles derechazos y ganchos al cuerpo de Wangek.

Con todo, “El Gallo”, que tenía una superior cadencia de golpeo y una notable precisión, comenzó a decantar el campeonato a su favor, ya que pudo aprovechar su mejor técnica para hacerse con el cuarto asalto con contragolpes y oportunas entradas y salidas y en el quinto todavía fue más certero con su uno-dos, su uno-dos-gancho zurdo y su uppercut diestro-croché zurdo.

No obstante, la pegada de Wangek no daba margen para la especulación y en cualquier descuido éste impactaba fortísimas derechas rectas y hooks de mano adelantada al hígado, teniendo un mejor sexto asalto, en el que igualmente Estrada mantuvo las acciones parejas con su eficacia y claridad de golpeo.

En cualquier caso, Estrada era el que contaba con una mayor constancia y regularidad en su rendimiento, además de con una clara ventaja en velocidad, llegando con nítidas series de rectos en cada asalto y excelentes ganchos al cuerpo ante un oponente con insuficiente determinación, de modo que la mayoría de rounds se decantaban de su lado. Por ejemplo, en el octavo episodio Wangek tuvo acierto con sus ganchos en considerable número pero, con ágiles pasos laterales, jabs, acciones elusivas y un repetido uso del uno-dos y del uno-dos gancho, Estrada consiguió compensar el trabajo de su rival.

Tirando de coraje, el monarca realizó arremetidas en el décimo y en el undécimo asalto en las que sus pesadas manos le permitieron desgastar un tanto a un Estrada que, por primera vez en varios rounds, pareció sentir los golpes de su rival. Sin embargo, era ya muy tarde y Estrada, pese a padecer un severo golpe por debajo de la cinturilla, usó sus directos a modo disuasorio, boxeó e intercambió golpes en peligrosos cruces para certificar su triunfo.

Ciertamente, que comenzase boxeando como diestro fue un claro error que pudo costarle varios de los episodios iniciales, pero es evidente que Wangek no mostró la acometividad de otras ocasiones. Es más, al igual que le sucedió ante Irán Díaz, muchos golpes lo desequilibraron pese a no ser excesivamente contundentes, dando la sensación de que era mucho más vulnerable que en el pasado. Por ello, sumándose errores tácticos, falta de agresividad y quizás una merma en su rendimiento, Wangek no pareció el mismo boxeador que se anotó tres de las mayores victorias de las divisiones ligeras de lo que llevamos de siglo XXI.

De todos modos, no se deben restar méritos a Estrada, que realizó una pelea muy superior a la precedente y que con su excelente técnica y su voluntad de no dejar dudas se hizo con la hegemonía del peso supermosca. Tras el enfrentamiento, Estrada dejó la puerta abierta a una tercera parte contra Wangek, pero señaló que le gustaría unificar antes, pareciendo perfectamente viable un choque entre monarcas ante el titular WBA Khalid Yafai.