Manuel Valero
@Manu_Valero

Como si de la conquista de la ficticia aldea de Astérix y Obélix se tratase, Ángel Moreno (10-2-2, 2 KO) salió al Halle Tetelin de Arras (Francia) acompañado por una legión romana. El local Thomas Masson (15-3-1, 4 KO) prefirió subir al cuadrilátero al son del “We are the champions” de Queen, a modo de profecía.

Pasados los nervios de la ceremonia de los himnos, el vallecano estudió a su rival, estableciéndose un ritmo bajo en cuanto al número de golpes sacados por los dos protagonistas, pero llegando las mejores manos en los dos primeros asaltos por parte de Masson. Tinín Rodríguez le remarcó a su pupilo en la esquina que tratase de mermar al campeón buscando los golpes al cuerpo, gustándose Moreno desde una guardia zurda con las manos abajo hasta que se abrió su parpado izquierdo, corte que le acompañaría todos los asaltos restantes.

La estrategia propuesta por el español estaba resultando favorable a los intereses del galo, que se encontraba cómodo en la media distancia, por lo que Moreno subió la velocidad de la pelea en el quinto episodio, dejando ver los desplazamientos trabajados durante la preparación.
La sangre que regaba el perfil izquierdo del vallecano no fue un lastre importante para él, acortando cada vez más los espacios al campeón, buscando llevarlo a las cuerdas. La arenga de Tinín, que bien pudo resumirse en la famosa frase pronunciada por Julio César “alea iacta est”, animó a Moreno a continuar la presión, como a las centurias romanas antes de cruzar el río Rubicón, aunque Masson también le llegó con manos claras en la corta distancia.

Los españoles presentes se dejaron su voz para darle ese empujón final a Ángel Moreno, siendo los últimos asaltos el culmen del combate, levantando a los asistentes de sus asientos. También levantó Moreno su brazo al aire nada más terminar los doce asaltos. Las cartulinas de los jueces (115-113, 117-111 y 117-111) dejaron el título europeo del peso mosca en manos de Thomas Masson, que lo defendió por primera vez tras ganarlo ante Silvio Olteanu. El francés reconoció el trabajo del español, que supo remontar los primeros asaltos y el corte, dejando una imagen que bien puede llevarle a disputar el cetro continental nuevamente en el futuro.