El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, trasnochó el pasado sábado para ver el combate entre Deontay Wilder y Tyson Fury. Trump fue promotor de boxeo en el pasado, calificando a los protagonistas del duelo por el título WBC del peso pesado como «dos grandes peleadores».

La Casa Blanca es escenario habitual de recepciones a estrellas del deporte estadounidense, como los campeones de ligas como la NBA o la NFL, y se está barajando la opción de que tanto Wilder como Fury sean recibidos.

Quien probablemente decline la invitación sea el promotor del combate, Bob Arum, quien ha criticado públicamente a Trump, además de haber trabajado en el pasado para el Departamento de Justicia cuando era dirigido por Robert Kennedy.