Manuel Sánchez
Presidente de la Federación de Boxeo de Les Illes Balears

A menos de tres semanas de que se complete el primer año en la presidencia de la Federación Española de Boxeo, el balance que el boxeo español hace del mismo es el de los mil y uno errores que ha cometido, lo que sumado a su falta de transparencia y coordialidad han estancado el crecimiento de este deporte. Lo que no podemos negarle a él y su equipo de sabios, los mismos que lo mantienen en el poder para su beneficio personal, es su capacidad para sorprendernos con nuevas irregularidades, ya que esta semana he recibido unos permisos de desplazamiento, con el cuño del Comité de Boxeo Profesional, que bien podemos calificar de fraudulentos.

El boxeador en cuestión, que prefiere permanecer en el anonimato por miedo a que su carrera deportiva se vea perjudicada por el revanchismo al que acostumbran los dirigentes de la FEB, boxeó hace escasas fecha en el extranjero, mandando el Comité de Boxeo Profesional un permiso con los siguientes datos llamativos:
1º: Se certifica que se le ha realizado un MRA (Resonancia Magnética Angiográfica), cuando lo que realmente obraba en poder del CBP era un MRI (Imagen por Resonancia Magnética).
2º: Por si lo anterior no era suficiente, en el permiso de desplazamiento se certifica que ha superado ¡una mamografía y un test ultrasonido del suelo pélvico!, lo cual además de ser falso, deja en evidencia los nulos conocimientos de quién realizó el permiso, pues estas pruebas sólo son necesarias para las mujeres, y no para hombres, tratando de un varón el púgil al que se le expidió el documento.
3º: El permiso no contaba con la firma de ningún médico, sólo con otra firma de alguien del CBP que no se identificó.

Todo ello será puesto en conocimiento del Consejo Superior de Deportes en los próximos días, para que se tomen las medidas pertinentes contra los responsables de esta tropelía por no enviar estas pruebas médicas fraudulentas al federaciones extranjeras, las cuales deben haberse reído de los conocimientos de los dirigentes españoles. En el Comité de Boxeo Profesional tratan de ofrecer una cara amable de cara al público, pero en cosas tan importantes como un permiso de desplazamiento, no prestan ni el más mínimo interés, dejando al descubierto la salud de los púgiles. Su confianza en que el resto de componentes de este deporte no se dan cuenta de sus errores, y que esta documentación no será vista por nadie, choca con el hartazgo en el seno del boxeo español hacia Felipe Martínez y su equipo, por lo que desde hace meses se han unido fuerzas para proteger a los deportistas. La mala gestión de Felipe Martínez es bien conocida en el Consejo Superior de Deportes, desde donde ya le han recriminado en varias ocasiones sus diferentes desmanes.