
La semana pasada se confirmó el lanzamiento de una promotora con aspiraciones de cambiar el boxeo. Turki Alalshikh y Dana White capitanean un barco que pretende implementar el modelo de éxito que ha llevado a la UFC a su actual popularidad.
Tanto desde Arabia Saudí como desde la UFC, los protagonistas están dando la cara para explicar sus planes. Unas medidas que no han sentado bien entre los promotores y organismos que forman parte del negocio desde hace décadas.
White tiene claro que el boxeo necesita reducir su número de campeones para tener más prestigio. Por ello, el mandamás de la UFC quiere reducir a solo ocho los pesos reconocidos.
Actualmente hay 17 categorías (18 si se cuenta el bridger) con cuatro organismos que en algunos casos duplican e incluso triplican los cinturones.
Los pesos que Dana White mantendrá serán:
- Mosca
- Gallo
- Pluma
- Ligero
- Wélter
- Medio
- Semipesado
- Pesado
Con esta reducción, probablemente algunos límites se vean alterados para adecuar los rangos entre pesos como ocurre en la UFC. En los últimos años también se ha debatido la posibilidad de dividir el peso pesado, ante el gran aumento de peso de parte de los boxeadores más destacados.
Las primeras reacciones han aplaudido la medida, aunque coinciden en señalar que el principal problema es la proliferación de títulos. En cuanto a las críticas, se centran en pedir que se mantengan pesos como el supermedio o el crucero, donde hay una mayor diferencia entre las categorías contiguas.
Los más puristas consideran que el boxeo no es la UFC, pero otras corrientes recuerdan que estas eran las categorías históricas del noble arte. Sin embargo, el uso de métodos de suplementación, que en algunos casos se exceden en forma de dopaje, incorporan drásticos cortes de peso y rehidrataciones que deforman el significado del pesaje. Los severos cortes de peso son el principal motivo de accidentes evitables.