El mexicano Saúl «Canelo» Álvarez (56-1-2, 38 KO) consiguió los tres cinturones del supermedio, WBC-WBA-WBO, al destronar al hasta ahora campeón WBO Billy Joe Saunders (30-1, 14 KO) por abandono de este al inicio del noveno asalto.
Más de 73000 personas vibraron en vivo en el recinto AT&T Stadium de Arlington, algo que, sin duda, nos acerca a la añorada normalidad tras unos duros meses por cuestiones sanitarias.
Fue un combate de cierta dificultad para Canelo, que vio como Saunders iba de menos a más y se mostraba confiado en una distancia en la que al mexicano le era complicado en ocasiones entrar. Pero Canelo iba golpeando al cuerpo con potencia, algo que fue mermando la capacidad del inglés. El mexicano hizo una labor metódica y sin prisas que consiguió su objetivo final, recogiendo el fruto del trabajo a lo largo de los asaltos del campeón unificado.
En el octavo round, una acción brillante con esquiva y gancho al rostro, fracturó probablemente el pómulo de Saunders, que llegó a su esquina maltrecho. Allí debieron palpar el hundimiento del hueso y optaron por abandonar.
En el momento del abandono, un juez daba 77-75 a Canelo y los otros dos 78-74.
Impresionante la fortaleza de Canelo, que fue minando la movilidad y resistencia de Saunders, que pese a todo tuvo momentos destacados de buen trabajo de jab y prácticos movimientos, dándole los jueces tres, dos y dos asaltos.
Parece que se confirma que Canelo intentará unificar las cuatro coronas en septiembre ante el norteamericano Caleb Plant.
Para entonces, será más leyenda todavía y podrá plantearse la trilogía con Gennady Golovkin, una pelea ante Bivol o Beterbiev o, realmente, lo que le dé la gana. Cuatro categorías de peso y múltiples cinturones ya le han reservado un lugar en la historia.