Fernando Sanz
@fer_tito_14

El mexicano, campeón total del peso supermedio, Saúl “Canelo” Álvarez (63-2-2, 39 KO) abandonó el cuadrilátero con los cuatro cinturones del peso supermedio (WBC, WBA, IBF, WBO), aunque no con la alegría que suele acompañar a una gran victoria. El púgil mexicano, de 34 años, tuvo un claro dominio sobre William Scull (23-1, 9 KO) en Riad, pero finalizó el combate con más frustración que satisfacción.

“No vino a pelear, vino a correr”, declaró Canelo nada más finalizar el combate. “Odio a ese tipo de peleadores. Esto no es atletismo, es boxeo. Si subes al ring, es para pelear”.

Durante los doce asaltos, el tapatío llevó la iniciativa. Presionó, buscó los golpes al cuerpo y trató de conectar combinaciones, pero se encontró con un rival que optó por el desplazamiento constante, el agarre y el trabajo defensivo. El cubano evitó el intercambio en todo momento, algo que desató el enfado del campeón. Pero el mexicano estuvo ausente y no presionó ni cortó los caminos al cubano tampoco.

“Desde el primer round se notó que no tenía intención de ofrecer una pelea. Solo se movía y trataba de aguantar. Así no se gana el respeto de nadie”, insistió Álvarez. Las cámaras registraron cómo, al sonar la campana final, manifestó su descontento a Scull de manera directa y visiblemente contrariado.

La diferencia de nivel fue evidente, pero el espectáculo distó de cumplir las expectativas para una velada de tal magnitud. En las gradas, la impaciencia aumentaba a medida que transcurrían los asaltos sin acciones relevantes. Scull ofreció escasas declaraciones, limitándose a elogiar brevemente a su oponente sin responder a las críticas.

A sus 34 años, Canelo mantiene su dominio en los 76,2 kg, pero demanda oponentes que presenten un mayor desafío. “Me preparo para grandes combates. No vine a seguir a nadie”, resumió.

Su próximo gran desafío ya tiene fecha como comentábamos, el 12 de septiembre de 2025 se enfrentará a Terence “Bud” Crawford (41-0, 31 KO), campeón mundial WBA del peso superwélter. El estadounidense estuvo presente en Riad, observando atentamente desde primera fila el desarrollo del combate. Con semblante serio y mirada analítica, tomó nota de cada detalle que pueda ser determinante para vencer al ídolo de Guadalajara.