A una semana de su combate ante Gerald Washington, Deontay Wilder ha conocido la sentencia del litigio que mantenía con el ruso Alexander Povetkin, otorgándole la razón un juez de Manhattan, recibiendo cuatro millones y medio de euros por los daños causados por la cancelación de la pelea. El boxeo, en especial el peso pesado, se ha visto salpicado en los últimos años por incontables casos de dopaje, siendo múltiples los positivos por esteroides, a pesar de los escasos controles que se realizan en un deporte que entraña riesgo para la salud de los deportistas. Wilder, irritado por la muestra positiva de Andrzej Wawrzyk, no se mordió la lengua a la hora de hablar del dopaje delante de la prensa estadounidense.

«¿Visteis mi combate con Artur Szpilka? Imaginaros que hubiese consumido alguna sustancia, ese hombre podría haber muerto. El dopaje está destruyendo el boxeo. Creo que el WBC ha hecho una gran labor haciendo este programa antidopaje, pero las sanciones no sólo deberían ser económicas, sino retirando las licencias por un período indefinido», dijo «El Bombardero de Bronce».