José Manuel Moreno

El estadounidense James Kirkland, 29 años actualmente, fue considerado hace unos años por buena parte de la crítica especializada y por la propia afición norteamericana como uno de los seguros campeones mundiales. Más aún, como uno de los peleadores dominantes de la categoría superwélter. Sin embargo, la infinidad de problemas legales sufridos por el «Guerrero Mandingo» de Austin, Texas, incluida su entrada en prisión hace cuatro años, ha puesto en duda toda su carrera profesional comenzada en 2001, con apenas 17 años.

Estuvo fuera de los cuadriláteros entre marzo de 2009 y marzo de 2011, perdiendo infinidad de contratos y grandes peleas de campeonatos mundiales, al tratarse de un boxeador fortísimo, provisto de una formidable  técnica y una gran capacidad  defensiva. Tras ganar, en la mejor pelea de su vida, al «Perro» Angulo en noviembre de 2011 en apenas seis asaltos, todos los pronunciamientos favorables volvieron para el texano pero tras  ganar a Carlos Molina en marzo del año pasado, ha permanecido de nuevo inactivo, y se llegó a pensar que de manera definitiva. Pero Kirkland (31-1, 27 KO) ha perseverado y por fin parece en condiciones de afrontar con tranquilidad el resto de su esperemos apasionante carrera deportiva.

Volverá a tener una oportunidad el próximo 7 de diciembre, en el mítico Boardwalk Hall en Atlantic City, Nueva Jersey y su rival será el poco experimentado boxeador local Glen Tapia, de solo 23 años y un impoluto palmarés de 20-12 (12KO) que aparentemente le debe servir de nuevo como catapulta de su errática carrera, en la que la única derrota le fue infligida por el japonés Nobuhiro Ishida en abril de 2011 en los dos primeros minutos del asalto inicial. ¿Aprovechará Kirkland sus inmensas condiciones para convertirse en una estrella del boxeo? Solo el tiempo lo dirá.