Redacción Espabox

El norteamericano Devin Haney (25-0, 15 KO) retuvo su título mundial del peso ligero WBC al vencer por puntos en decisión unánime de los jueces al excampeón mundial, el cubano Yuriorkis Gamboa (30-4, 18 KO). Fue un combate plano, muy similar en casi todos los asaltos. Haney llevando la iniciativa con un buen jab, pero sin llegar con golpes claros que pusieran en aprietos a Gamboa.
El cubano se limitaba a defenderse y a intentar algún contragolpe sin acierto. El sexto asalto quizás fue el único round en el que Gamboa estuvo más agresivo, pero Haney siempre mantuvo controlada la pelea, aunque sin encadenar ninguna acción relevante. Los continuos agarres de Gamboa provocaron que el árbitro le quitara un punto en el undécimo asalto.
Las puntuaciones de los jueces fueron 120-107, 120-107, 118-109 para Haney.

En la primera parte de la velada, el llamado «undercard», todo se desarrolló muy rápido, para alegría del espectador europeo. Tanto Movladdin Biyarslanov (7-0, 6 KO) como Raymond Ford (7-0, 3 KO) y Reshat Mati (8-0, 6 KO) acabaron sin mucho esfuerzo, en la primera mitad de sus respectivas peleas, con rivales que no estaban al nivel de un evento de esta magnitud.

En los combates estelares de la velada, teníamos dos pesos pesados, antiguos olímpicos, previos a Haney y Gamboa. Zhilei Zhang (22-0, 17 KO) tampoco tuvo un rival que le pusiera en dificultades, y, tras controlar los primeros asaltos con solvencia utilizando cruces de golpes, en el cuarto asalto tumbó a Devin Vargas (22-7, 9 KO). Este ya no se levantó, cayendo de manera aparatosa y dañándose en su rodilla en la acción decisiva del pleito. Un gran KO para el veterano chino, que buscará grandes peleas más pronto que tarde debido a su cercanía a las cuarenta primaveras.

Siguió el croata Filip Hrgovic «El Animal» (12-0, 10 KO), frente al veteranísimo Rydell Booker (26-4, 13 KO). Booker se presentaba con un aspecto pasado de kilos, pero demostró buenas acciones técnicas en el primer asalto de la pelea, frenando los ataques del balcánico. Los minutos pasaban en contra de la edad y condición física del estadounidense, mientras que Hrgovic se mostraba constante en sus ataques e incluso aumentaba la frecuencia de golpeo.
Cayó Booker en el final del segundo asalto, ya agotado, y fue salvado por la campana, mostrando poca ilusión por continuar el envite. El tercer asalto se desarrollaba sin salir de las cuerdas Booker, que empezaba a recibir demasiado castigo sin ofrecer oposición, ante un Animal que pegaba casi a placer. En el quinto, el árbitro decretó el final de las hostilidades, porque la inferioridad era manifiesta y no tenía sentido prolongar la agonía y la acumulación de golpes.