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El regreso a casa de Kevin Baldospino tras su victoria ante Eduardo Cobos en Vitoria-Gasteiz en enero provocó la mayor afluencia de público al Pabellón del Ebro de los últimos años. Baldospino genera ilusión en Miranda y ni siquiera lo desapacible de la noche desanimó a la afición.

Sobre el ring, el curtido Arnoldo Solano poco tuvo que hacer. Baldospino mantuvo siempre la iniciativa y se manejó con soltura sin pasar el mínimo apuro. Se gustó el pupilo de Jesús Rodríguez y Abel Colomo. Alternó golpes de poder y combinaciones, cambió de guardia para desorientar a su oponente y llegó a mandar el protector bucal de su oponente fuera del ring tras una combinación que cerró con un croché. No hubo dudas en la decisión. Quinta victoria del joven ecuatoriano radicado en Miranda de Ebro en ocho combates desde su debut en el pugilismo de pago, a las que hay que sumar dos nulos y una derrota.

“Kevin está madurando. Ya ha adaptado su estilo al boxeo al profesional. Hoy se le ha visto muy bien preparado físicamente, variado, con recursos y muy serio. Y, además, se ve que llega al público. Son muy buenas sensaciones de cara al futuro”, afirma José Luis Celaya, mánager de Baldospino.

El combate a seis asaltos en el límite de los 60 kilos estuvo precedido por interesantes cruces de boxeo olímpico y K1 entre los que destacó el retorno a la competición del mirandés Alex Tacuri, quien se impuso al excelente boxeador burgalés Adrián Luzarraga (Saltando Charcos) en un brillante combate de ambos.

La velada, organizada por el Miranda Boxing Club con el apoyo del ayuntamiento de la localidad fue todo un éxito.