Darío Pérez
@ringsider2020
La ciudad de Perth, en Australia, ha acogido esta pasada madrugada una velada que organizó Top Rank con la colaboración de Lou DiBella y promotoras locales. Su mayor atractivo era un campeonato del mundo, vacante hasta hace unas horas.
Era el IBF del peso ligero, disputado por George Kambosos Jr. (21-3, 10 KO) y Vasyl Lomachenko (18-3, 12 KO). Ambos obreros del ring trabajaban de inicio sobre su objetivo a diferentes alturas, más arriba el europeo mediante impactos centrados al rostro y buscando la parte media del cuerpo el local. Lomachenko era más vistoso y llevaba la iniciativa, pero el australiano pensaba en los réditos futuros de golpear las zonas blandas. Era cuestión de tiempo ver lo que antes destacaba sobre el rival, pues los parciales tenían altísima intensidad.
Aunque el foráneo siempre fue aventajando al voluntarioso Kambosos, se empezó a decantar el pleito en la segunda mitad, especialmente tras un séptimo round que fue el más eficaz para el doble campeón olímpico: marcaba cada vez más el rostro de un oponente que, cada vez, tenía menos gasolina. La frecuencia de golpeo del de casa se desplomaba ya en el octavo asalto y un corte en el final de su ojo derecho, acentuado por algún choque de cabezas, preocupaba al público que abarrotaba el RAC Arena. El australiano mostró corazón, a falta de acierto, en los rounds de campeonato; Lomachenko, volviendo a su versión Hi-Tech, inteligencia y frialdad. Por toda esa suma de factores, las acciones acabarían cuando casi escuchábamos la campana del penúltimo episodio, tras (curiosamente) puñetazos inmisericordes del ucraniano al abdomen. El local, muy castigado y quebrantado, no superó la segunda caída y su esquina tiraba la toalla al alimón. Extraordinario triunfo de Loma, que intentará que sus últimos coletazos sean contra grandes púgiles como Shakur Stevenson, Gervonta Davis o William Zepeda antes del retiro.
Como preliminares, vimos algunos encuentros con menos calidad de la que se presumía. En el campeonato interino supermosca WBC, Andrew Moloney (26-3, 16 KO) cedió ante el mexicano Pedro Guevara (41-4-1, 22 KO), en doce asaltos con mucha actividad, pero sin ningún tipo de peligro o caída sobrevolando el ring. Doble 115-113 para Guevara, creemos que justo, y u 116-113 para el australiano (que abandonó el ring enfadadísimo) fueron las cartulinas, en decisión dividida.
Además, Nina Hughes (6-1, 2 KO) expuso por segunda ocasión su título mundial WBA gallo ante Cherneka Johnson (16-2, 6 KO)…y lo perdió con suspense. Fue una refriega accidentada, con inflamaciones y cortes, igualada en tónica general, pero demostrando que ambas quedan lejos de las mejores de todos los pesos por sus carencias técnicas. Y quien más carencias tuvo fue el lamentable y estridente presentador sobre el ring, que anunció como ganadora inicial a la veteranísima británica, para rectificar unos segundos después ante el asombro de todos: había ganado Johnson por decisión mayoritaria (95-95, 96-94 y un complicado de entender 98-92).
Previamente, otro buen cruce midió al medallista olímpico y mundial Imam Khataev (7-0, 7 KO) con el letón Ricards Bolotniks (20-8-1, 8 KO) en el peso semipesado. Varios derribos en el sexto round pusieron fin al pleito con un dañado Bolotniks aceptando el desenlace.