Daniel Pi
@BastionBoxeo
A pesar de que sus miras están fijadas en una unificación de coronas, objetivo que ha sido una constante en sus pensamientos incluso antes de su coronación, el campeón WBO del peso pluma Óscar Valdez (22-0, 19 KO) es plenamente consciente de que antes de alcanzar esta oportunidad será necesario que corrija los errores de su última subida a un ring. Y es que en abril, ante el retador obligatorio Miguel Marriaga, el rival más exigente de toda su carrera y contra el primero que alcanzó el duodécimo episodio, pasó por algunas dificultades, especialmente en la gestión del ritmo y la energía, que deberá solventar ineludiblemente.
Así, como una excelente ocasión para pulir su boxeo, mantenerse activo y preparado para mayores peleas y cumplir con el pacto entre su promotora, Top Rank, y la cadena ESPN, surge esta defensa voluntaria ante el filipino Genesis Servania (29-0, 12 KO), un boxeador que a pesar de partir bastante por detrás en las apuestas no se debe ver como una víctima propiciatoria.
El retador no está invicto por casualidad sino que es un púgil muy peligroso, cuyo porcentaje de nocauts no refleja la elevada potencia de su golpeo y que cuenta con una base técnica muy sólida. De hecho es extraño verle mal posicionado de piernas o con la guardia inadecuadamente ajustada, ofreciendo siempre una presión firme en la que las ofensivas más tenaces estallan de forma explosiva e imprevista. Por otro lado, físicamente siempre presenta una condición óptima y tendrá una ligera ventaja en altura sobre el monarca.
Aun así, no sólo las virtudes completan el boxeo de Servania. Por ejemplo, cuando está bajo ataque rara vez contragolpea, esperando a que sus oponentes terminen las ofensivas para reiniciar su presión. Este aspecto, unido a su tendencia a lanzar golpes curvos en ángulos muy cerrados y de corto recorrido, parece que deberían generar dificultades decisivas ante un Valdez que se desliza por el ring en entradas y salidas tan veloces como precisas. Además, su experiencia al máximo nivel es casi inexistente, habiendo batido algunos exretadores e incluso excampeones pero cuando estos habían dejado muy atrás su mejor momento.
Igualmente, aunque la falta de continuidad en sus peleas será un factor en su contra más y será realmente complicado que pueda contrarrestar la fuerza de golpeo, la variedad de recursos y la enorme superioridad técnica y táctica del mexicano Valdez, Servania parece el tipo de boxeador ideal para que se pueda generar una pelea espectacular, con duros intercambios, caídas y emoción. Todo ello contando el filipino con una carga de riesgo nada desdeñable, sobre todo por un durísimo uppercut que busca de forma repetida y con el que noqueó brutalmente a Rafael Concepción.
Así, parece más que probable que Valdez, que habrá extraído importantísimas lecciones de su combate ante Marriaga, pueda cumplir su deseo de ofrecer un fenomenal duelo a su público, ya que, aunque él es de Nogales (México), su ciudad natal está a menos de una hora en coche del Convention Center de Tucson (Estados Unidos), donde combatirá este viernes, y se espera que el recinto se llene con sus cada vez más cuantiosos seguidores. Quizás todavía puede parecer una figura de poco relieve en el peso pluma, siendo insuficientes su fama y su renombre para, como pretende, medirse al vencedor de la revancha entre Santa Cruz y Abner Mares, pero si sigue movilizando con tanta fuerza a los seguidores mexicanos e impresionándoles con su plástico boxeo, el choque de unificación ante el monarca WBA pluma (al igual que un posible cruce con Carl Frampton) puede que esté mucho más cerca de lo que parece.
En su paso por la báscula el monarca marcó 57,061 kg y el retador 56,880 kg, ambos por debajo del límite del peso pluma (57,200 kg), por lo que todo está listo ya para que se produzca el campeonato.
