Daniel Pi
@Bastionboxeo

El evento en el que Vasyl Lomachenko se medirá a Jason Sosa resultará trascendental para el boxeo ucraniano, y no sólo por el enfrentamiento estelar. Y es que el campeón WBO del peso superpluma Lomachenko, doble oro olímpico y doble oro mundial amateur, estará acompañado por el monarca WBO del peso crucero Oleksandr Usyk (11-0, 10 KO), oro olímpico y oro mundial en el boxeo aficionado, y por el imbatido top 5 WBC del peso semipesado Oleksandr Gvozdyk, que fue bronce olímpico. De este modo, participarán en la velada tres de los nombres más destacados de una excelente generación de boxeadores de Ucrania, país que posee con una inacabable cantera de prometedores púgiles, de entre los cuales sobresalen también, entre otros, Sergiy Derevyanchenko, Taras Shelestyuk y Denys Berinchyk.

Usyk en busca de la unificación
Por lo que se refiere al titular del peso crucero Usyk, éste tiene todas las cualidades para poder llegar a convertirse en un top de todos los pesos, ya que a su demoledora pegada y a su tremenda fortaleza física se suman una destreza y unas cualidades técnicas inigualables en la división. Además, Usyk no duda en ofrecer espectáculo, usando trayectorias de golpeo imposibles, sucedidas o precedidas por deslizamientos hacia la diagonal o fugaces cambios de línea. Si bien muchos no le dieron el crédito que merecía en sus diez primeros triunfos, todos por nocaut, Usyk demostró de forma indudable su calidad en el campeonato mundial ante Krzysztof Glowacki, dificilísimo adversario al que desdibujó de tal modo que hizo parecer fácil el encuentro.

Si bien el característico estilo de Usyk es de por sí suficiente para garantizarle, junto a su carisma, una notable atención en su segunda pelea en Estados Unidos, ésta se verá aumentada por el hecho de que el titular ha afirmado una y otra vez su deseo de pelear próximamente en una unificación.

Quien tratará de impedírselo será el estadounidense Michael Hunter (12-0, 8 KO), un púgil que participó en unos Juegos Olímpicos, que fue campeón de su país a nivel amateur y que también por su experiencia en el ámbito aficionado ha logrado avanzar muy rápido como profesional. Su boxeo es muy sólido y con pocas brechas, apoyado en poca variedad de golpes pero en un durísimo jab y en una peligrosa derecha recta al contragolpe. Además, tiene una altura y un alcance similares a los de Usyk, por lo que presenta, a pesar de una cierta falta de velocidad de piernas, un reto apreciable para poder evaluar el momento por el que pasa el boxeo del titular tras no ofrecer su mejor actuación ante Thabiso Mchunu y cambiar de entrenador. Igualmente, aunque no se puede permitir exponerse tanto a los golpes como en su última pelea, Usyk será claro favorito para retener su cinturón y poder apuntar al mayor combate de su carrera en el último cuatrimestre del año.

Un test de la máxima dificultad
Respecto al choque que disputará el semipesado Oleksandr Gvozdyk (12-0, 10 KO), éste puede ser considerado una preparación antes de combatir en la eliminatoria WBC ante Joe Smith Jr., verdugo de Fonfara y Bernard Hopkins, pero será mucho más que eso. Su rival, el cubano Yunieski González (18-2, 14 KO) siempre garantiza peleas exigentes, ya que cuenta con un enorme encaje, una elevada frecuencia de golpeo, un estilo agresivo y una pegada nada desdeñable, por lo que Gvozdyk, que ha mostrado serios defectos defensivos ante Tommy Karpency e Isaac Chilemba, tendrá una excelente oportunidad, aunque no carente de riesgo, de pulir su boxeo y, en caso de ganar, adquirir la moral y la experiencia necesarias para pelear en la antesala del mundial.