Daniel Pi
@BastionBoxeo
El excampeón mundial unificado del peso pesado Tyson Fury (28-0-1, 20 KO) tuvo la pasada madrugada en el MGM Grand su soñado debut en Las Vegas (Estados Unidos), donde, estrenando su acuerdo con ESPN y Top Rank, pudo mostrar su característica personalidad tanto antes de entrar al ring como después de la pelea, que sólo se prolongó dos asaltos al ser su oponente, el alemán Tomas Schwarz (24-1, 16 KO), manifiestamente inferior.
Casi tan llamativa como la vestimenta con la bandera americana que lució al entrar al ring entre bailes fue su actuación entre las dieciséis cuerdas, ya que, sin poderse pasar por alto que su adversario estaba muchos niveles por debajo de él, Fury ofreció una imagen fantástica, manejando el jab a su antojo, desplazándose en la dirección que quería y anotando su uno-dos, todo ello entre algún gesto fanfarrón. Schwarz intentó realizar varias arremetidas pero estas sirvieron básicamente para que el británico pudiese evidenciar su increíble defensa, por ejemplo realizando esquivas encadenadas de espaldas a las cuerdas y sin mover los pies.
Finalmente, tras provocar un corte en la nariz de su adversario con uppercuts y crochés zurdos, Fury asestó una combinación de rectos en el segundo asalto que hizo poner la rodilla en la lona a su rival, que en la reanudación fue hostigado en una esquina hasta que el árbitro detuvo las acciones.
Como no podía ser de otro modo para redondear su curiosa actuación, después de declarar que volverá a pelear en septiembre u octubre y que el próximo año se enfrentará a Deontay Wilder, Fury volvió a cantar de nuevo uno de sus grandes éxitos, su versión del “I’Don’t Want To Miss a Thing” de Aerosmith, presenciándolo sobre el ring su alegre esposa, que le acompañó cantando junto a su equipo y el público.