Daniel Pi
@BastionBoxeo

Tanto la promotora Top Rank como la cadena ESPN desean que el próximo adversario del exmonarca unificado del peso pesado Tyson Fury (28-0-1, 20 KO) sea un boxeador estadounidense, con lo que pretenden lograr mayores datos de audiencia para el combate y mejorar la situación por la que pasa su plan de convertir a “The Gypsy King” en una superestrella en los Estados Unidos. Y es que se piensa que el público casual del país o el que ni siquiera presta atención al pugilismo (a los que se quiere atraer principalmente) se mostrará más interesado en un peso pesado extranjero si logra superar a un deportista estadounidense.

No obstante, quién lo hubiese dicho treinta años atrás, encontrar en la segunda década del siglo XXI un peso pesado de calidad proveniente de los Estados Unidos es una ardua tarea, mucho más si se tiene en cuenta que algunos por diversos motivos no podrán pelear contra Fury en la programada fecha tentativa de septiembre y que otros son piezas clave de la estrategia de la archienemiga PBC para construir la carrera de Wilder, por lo que no les dejarán combatir en ESPN.

Así, los matchmakers de Bob Arum han tenido mucho trabajo por hacer, trabajo que no ha dado buenos frutos. Esto es así debido a que, primeramente, se habló como candidato de un Jarrell Miller (23-0, 21 KO) que en abril dio un triple positivo en control antidopaje. Por desgracia, en lugar de ser una mancha que flagele y que empuje al olvido, el dopaje sirve muchas veces como un elemento promocional, ya que no son pocos los que llevados por la curiosidad quieren ver pelear al tramposo, aunque sea para presenciar cómo alguien “lo pone en su lugar”. Por ello, habiendo centrado tantas miradas tras su truncada pelea contra Joshua, Miller fue valorado seriamente como candidato, hablándose incluso de cómo se podrían sortear los posibles problemas de papeleo haciendo simplemente que pelease fuera del estado de Nueva York.

Sin embargo, esta opción, quizás por el revuelo que produjo al conocerse, fue aparentemente descartada por el momento, pasándose a hablar después de Trevor Bryan (20-0, 14 KO) como posible rival. Sin embargo, aunque para algunos analistas ridículamente su cinto de subcampeón WBA parece tener un significado excepcional y una gran utilidad, a Bryan no lo conoce casi nadie ni siquiera en Estados Unidos. Así, el equipo de Arum se terminó mostrando muy escéptico con esta opción.

Finalmente, el nombre que entró en último lugar pero el que actualmente parece tener más fuerza para acceder al combate contra Fury es el del excampeón mundial Charles Martin (27-2-1, 24 KO). Éste, como no podría ser de otro modo, es visto también como una opción nefasta por muchos, dado que Martin es considerado por no pocos analistas y aficionados uno de los peores, o incluso el peor, monarca mundial de la historia del peso pesado. Sin embargo, para el público desconocedor del boxeo en Estados Unidos se puede vender que Fury se enfrenta y derrota con extrema solvencia a un extitular mundial, algo que resultaría una gran idea desde el punto de vista del negocio y de la promoción, así que se habla de que Arum podría cerrar el acuerdo con Martin muy pronto.