Emilio Marquiegui-Marca
@Ringsider2020

Definitivamente ha sido el último capítulo de la trilogía. El final es rotundo, no admite resurrecciones de personajes, ni dudas en la trama. A pesar de que Wilder apareció con un rol distinto, con rectos al cuerpo como presagio de ataques demoledores, Fury no se inmutó. Doble G, el Gigante Gitano, tiene recursos para guerrear en la ley y fuera de la ley.

Y su capacidad de recuperación le acerca al T-1000 de Terminator, tras volver a probar el metálico sabor de los proyectiles de Wilder. Primero derribó al Bombardero de Bronce, pero en el asalto siguiente olió de cerca la lona tras las bombas del golpeador de Alabama. Ni un rasguño superficial ni moral enturbió la determinación del inglés, que se limitó a sacudir su chaqueta.

Su recuperación fue asombrosa y ahí se genera el desenlace del Fury vs. Wilder III. Porque el estadounidense, a diferencia de su antagonista, se disolvió tras el castigo y las caídas. Wilder fue un cuerpo sin rumbo a partir del sexto asalto, unas fracciones de tres minutos olvidadas seguramente para siempre por el norteamericano.

Fury se rehízo, Wilder permaneció hundido hasta un undécimo tiempo al que no debió concurrir, aunque seguro que salió solamente su holograma.

Fury es excéntrico, gracioso, pero en el boxeo muy agudo, atento, reflexivo, y muy peligroso. No vemos a Usyk capacitado para poner en aprietos al gigante, quizás Joshua, con sus reservas de TNT, podría darle réplica. Pero parece que este anárquico boxeo de Fury va a reinar una próxima etapa, haciendo olvidar la hermética y ceñida disciplina de los hermanos Klitschko.

El enemigo de Fury es su cabeza, si la controla puede unificar y retener sus coronas una buena temporada. Se traga las manos del rival sin agua siquiera y además su 2.06 m de estatura junto a sus 125 kg de peso hacen de él un púgil de pegada poderosa. Su boxeo imprevisible y su técnica personal le imprimen una capacidad sobrecogedora. No es mi boxeador favorito, pero ahora es el mejor. Ansiamos el ir asistiendo al casting de sus próximos rivales. La historia del boxeo fluye como un río.