Este sábado por la noche en el Caribe Royale de Orlando (Estados Unidos), Premier Boxing Champions organiza su primera velada “ordinaria” del año, sin el pago por visión para el espectador estadounidense.
Se disputará, como gran y casi única atracción, el título del mundo IBF del peso superwélter. Lo posee el ruso Bakhram Murtazaliev (22-0, 16 KO), en la primera defensa de un cinto que obtuvo en abril, cuando noqueó a Jack Culcay en Alemania. Fue un duelo duro, donde se pusieron en relieve las deficiencias defensivas del púgil, pero donde pesaron sus 31 años y óptimo estado físico ante el casi cuarentón germano, a quien noqueó por puro cansancio en el undécimo round.
Un excampeón, aunque por otro organismo, será el aspirante. Se trata de Tim Tszyu (24-1, 17 KO). En su caso, sí podemos justificar que alguien que procede de una derrota aspire al título mundial, dadas las circunstancias de su choque de marzo contra Sebastián Fundora. Ahí cedió su faja WBO, en un baño de sangre que debió pararse mucho antes de la campana final. El australiano vuelve siete meses después con hambre para ser de nuevo uno de los reyes de la categoría y, si cumple los pronósticos, mirar a los otros campeones en 2025 una vez recuperado su sitio.
La velada no podrá seguirse en España por ninguna plataforma. Para los noctámbulos alternativos, se disputa en la madrugada del sábado al domingo, siendo el combate de Tszyu en torno a las 4:30 horas.